La situación de la infravivienda se agrava en Badalona

Cáritas Diocesana de Barcelona y entidades sociales constatan que son muchas las familias de Badalona que no cuentan con una vivienda digna

“La situación del edificio del pasaje de la Torre del barrio de La Salut de Badalona no es un caso aislado, sino que son muchas las familias de Badalona que viven sin las mínimas condiciones de habitabilidad”. Así se han expresado el Centre Sant Jaume, la Fundació Salut Alta, la Fundació Ateneu Sant Roc y Cáritas Diocesana de Barcelona, entidades que trabajan en la ciudad de Badalona con familias en situación de vulnerabilidad y que constatan como la situación de la infravivienda en la ciudad se ha agravado en los últimos años. Durante el 2019, Cáritas Diocesana de Barcelona ya ha atendido a más de 800 familias de Badalona que no viven en una vivienda digna, y lejos de disminuir, esta cifra ha aumentado un 19% con relación al año anterior. Badalona no es un caso aislado, y la problemática de la vivienda ya afecta a un 36% de las personas de la diócesis de Barcelona, que suponen casi un millón de personas. 

Más que un techo

Las entidades que trabajan sobre el terreno han remarcado que una vivienda es más que un techo y cuatro paredes, que es un derecho humano irrenunciable. En la mayoría de ocasiones, las familias con pocos recursos se ven obligadas a vivir en una habitación subarrendada; esto conlleva que no tienen seguridad en la tenencia, que no pueden acceder a ayudas públicas por falta de un contrato legal y que no pueden pedir ayuda a las administraciones públicas en caso de desahucio. 

Debajo del iceberg

Las personas y familias que alquilan una habitación no salen en las estadísticas públicas; son personas en situación de sinhogar ocultas, que no tienen un espacio donde descansar, y que se ven obligadas a compartir servicios como la cocina o el baño. Por otra parte, hay familias que, a pesar de no verse obligadas a compartir el hogar, viven en viviendas inadecuadas que se encuentran en unas condiciones precarias y de insalubridad, sin acceso a suministros básicos. En la mayoría de casos, las familias no tienen recursos para rehabilitar el piso o la finca donde viven, y la falta de mantenimiento las sitúa en un riesgo constante, poniendo en peligro su salud e integridad física. 

Un abordaje colectivo

Las entidades han lamentado que las administraciones no hayan actuado antes con relación al inmueble, entendiendo que la mayoría de las familias no podían asumir el coste de rehabilitar la finca. Asimismo, se ha constatado que la problemática de la vivienda va más allá del mal estado de un inmueble, ya que solo durante el mes de noviembre, 24 familias de Badalona están en riesgo de perder el hogar, según la Plataforma Sant Roc Som Badalona. 

En este contexto, se ha pedido una rápida respuesta a las familias desalojadas por el derribo, pero también a todas las personas desalojadas que vivían alrededor del inmueble, independientemente de su situación administrativa. Por otra parte, se ha instado a Generalitat y Ayuntamiento a trabajar en un plan conjunto para responder a las deficientes condiciones que presentan muchas de las viviendas de barrios como el de La Salut, y que se implementen políticas para garantizar que todo el mundo tenga derecho a una vivienda digna. «El hogar es un tema clave que hay que abordar colectivamente, y no podemos dejarlo en manos de unas leyes de la oferta y la demanda sin límites», han concluido las entidades.

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