La Orden de Malta, al servicio de las personas
Con proyectos en Irak, Líbano, África o Bangladesh contribuyen además a crear lazos de amistad entre las personas

Como cada año, a principios de enero, el gran Maestro de la Orden de Malta ha pronunciado su discurso para los diplomáticos acreditados en esta. La Orden mantiene relaciones diplomáticas con 108 países del mundo además de con decenas de instituciones internacionales de primer nivel. Todo con un único objetivo: estar siempre presente con su consuelo y ayuda en medio de las peores tragedias.
Según explica Rome Reports, en este primer discurso del año, la Orden hace un repaso de la situación mundial. En este sentido, explica cómo ayuda a paliar el sufrimiento provocado por los 36 conflictos abiertos que laceran el planeta. Entre las tareas de ayuda, el medio vaticanista destaca el trabajo humanitario en Irak. Un servicio necesario, sobre todo, después del paso del Estado Islámico.
Respecto el servicio que da la Orden de Malta, el Gran Maestro, Fra. Giacomo Dalla Torre, expone que, en estos momentos, «la finalidad es facilitar el camino de retorno y la reintegración de las comunidades de refugiados de la llanura del Nínive, en el norte de Irak. «Nuestra agencia internacional de ayuda, Malteser International, está reconstruyendo casas y escuelas», explica el Gran Maestro.
Al servicio de la convivencia
En Oriente Medio, la Orden trabaja en el apoyo de cristianos y no cristianos. Además, no sólo constituye una forma de mejorar la vida de una población que desde hace años se enfrenta a conflictos armados; es también, un mensaje de convivencia. Este servicio a todos indiferentemente de la religión, tiene lugar con diversas iniciativas. En Belén, en un centro sanitario trabajan codo con codo el personal cristiano y musulmán. También, en el Líbano, desbordado por la presencia de refugiados de Siria e Irak, la Orden gestiona diez ambulatorios y cuatro clínicas móviles.
Según Dalla Torre «este programa permite satisfacer las necesidades tanto de los refugiados como de las comunidades que los acogen». De hecho, según explica, «permiten a los dos grupos entablar lazos sociales y culturales más fuertes y promoviendo la cohesión social».
Ayuda para todos
Así pues, la Orden de Malta está presente a través de su personal y de sus voluntarios en todos aquellos lugares donde un ser humano necesite ayuda independientemente de su raza, credo o nación. Es un servicio diverso que se extiende, ya sea socorriendo a los migrantes que se juegan la vida en el Mediterráneo, a los venezolanos que buscan refugio en Colombia o la minoría Rohingya en Bangladesh.
«En Bangladesh un equipo gestiona tres centros médicos en los campos de refugiados», explica el Gran Maestro de la Orden de Malta. «Sirve así, a esta minoría perseguida proporcionando asistencia sanitaria y alimentación para niños desnutridos así como ayuda psicosocial», añade .