La Iglesia se concentra con motivo de la Jornada del Trabajo Decente
Una cincuentena de personas convocadas por la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente denuncian la precariedad laboral actual en medio de un contexto de pandemia
«Todos y todas, sin excepción hemos sufrido los estragos de la Covidien-19 y, hoy ponemos rostro a aquellos perfiles afectados por esta pandemia en el ámbito laboral». Con estas palabras comenzaba el acto de reivindicación que ha tenido lugar este 7 de octubre, Jornada Mundial del Trabajo Decente, en la plaza de la Catedral.
Una cincuentena de personas convocadas por la plataforma Iglesia por el Trabajo Decente, que engloba Cáritas Barcelona y varias entidades de iglesia, se reunieron para pedir la necesidad de unas condiciones dignas, ahora más que nunca, en medio de un contexto de pandemia.
Visibilizar las víctimas de la crisis laboral
Para visibilizar la situación que se padece, todos los convocados se dispusieron en una larga hilera. Entre los miembros que la formaban se pasaron tres carteles, cada uno de estos señalando los tres perfiles más afectados. Cada cartel iba acompañado de una denuncia.
La primera pancarta marcaba los estragos en la vida social y la de los jóvenes, a los que, tal como se denunciaba, la pandemia «ha supuesto una rotura de sus planes de futuro». «La Covid-19 no sólo ha interrumpido la vida social de los y las jóvenes, sino que también les ha dificultades la progresión en los estudios o la búsqueda de un primer empleo».
El siguiente cartel denunciaba el colectivo de las mujeres donde acceder al mercado laboral o conciliarlo con la vida personal se dificulta, y aún más cuando son migrantes. Entre estas, mujeres en situaciones diversas como monoparentales con hijos a cargo, que viven con dificultades por una vivienda digna. También las que sufren en una situación irregular administrativa, parcialidad involuntaria o en condiciones irregulares, como las camareras de pisos. «El confinamiento provocó que no pudieran asistir a su puesto de trabajo, y que de un día para otro se quedaran sin trabajo, ingresos o ninguna posibilidad de acceder a ayudas públicas».
Otras situaciones de exclusión
En tercer lugar, un cartel referente otros perfiles relacionados con problemáticas del mercado laboral. Entre estas, falsos autónomos, ser mayor de 50 años, economías sumergidas tener un trabajo a tiempo parcial o percibir un salario que no permite llegar a fin de mes.
Durante el acto se ha recordado que, antes de la pandemia el 30,7% de la población catalana no podía acceder a la protección y la estabilidad que proporciona un contrato de trabajo de duración indefinida y de jornada completa, y que muy probablemente la situación se ha agravado a raíz de la crisis actual.
«Necesitamos redes sociales más fuertes»
Tal como explica Desiree Garcia Roig, ningún Programa Formación y Inserción de Cáritas Barcelona, «esta precariedad, parcialidad y temporalidad que se ha ido arrastrando des del 2018, se ha encontrado con la crisis provocada por la pandemia que ha traído nuevas exclusiones como la brecha digital».
En este sentido, destaca aquellos que no pueden teletrabajar y «se han quedado fuera del mercado laboral porque no tienen medios».
Desde Cáritas Barcelona, Garcia expone que se está ayudando a las personas a sumarse al tren de la digitalización, «sin perder la presencialidad contacto y hacer saber a la gente que estamos a su lado y queremos acompañarlos para encontrar una trabajo». Por otra parte, destaca que, esta vez sí ha tomado medidas de impacto como los ERTE que «han ayudado a detener el choque», pero esta solución es a corto plazo y se «necesita redes sociales fuertes que cuando haya crisis permitan que las personas puedan cubrir sus necesidades», añade.
Finalmente, se leyó el manifiesto del acto terminó con las tres pancartas fuera la hilera. De este modo se remarcó esta idea de exclusión a que llevan estas condiciones en el mercado laboral.