La celebración de ‘Corpus’ recupera los aspectos más tradicionales

La procesión retoma uno de los antiguos recorridos, más largo que el de los últimos años, inspirándose en aquellos más propios del siglo XX.

Fotografías: G. Simón y M. Punsoda

Después del período de pandemia y con los 700 años ya festejados, la celebración de Corpus Christi ha vuelto con el máximo esplendor a la archidiócesis de Barcelona.

Como es tradición, la misa solemne tuvo lugar a los pies de la Catedral de Barcelona que quedó llena de los fieles, entre los que destacaban las cofradías y entidades del cortejo festivo y popular. La celebración fue a cargo del arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, acompañado de los obispos auxiliares Mons. Sergi Gordo y Mons. Javier Vilanova, así como de los miembros del Capítulo de la Catedral y varios sacerdotes de la curia. Entre las personalidades civiles, destacaba el quinto teniente de alcaldía del ayuntamiento de Barcelona, ​​Albert Batlle, y la directora de Asuntos Religiosos de la Generalitat, Yvonne Griley.

Abanicos y altares

En esta ocasión, la procesión de Corpus Christi ha vuelto y lo ha hecho por la puerta grande, recuperando alguno de los aspectos más tradicionales. Entre ellos, los abanicos, que ayudaron a los miembros del cortejo en plena ola de calor, y por otra parte, los pequeños altares en medio de la procesión, donde el cardenal Omella invitó a la oración. En estos puntos, también se aprovechó para descansar, ya que este año también se ha reanudado uno de los antiguos recorridos, más largo que el de los últimos años, inspirándose en aquellos más propios del siglo XX. Un largo listado de calles y vías del gótico por donde el cortejo popular y religioso transitó: plaza Nova, calle dels Arcs, calle de Cucurulla, plaza de la Cucurulla, calle del Pi, plaza de Sant Josep Oriol, plaza del Pi, calle del Cardenal Casañas, la Rambla, calle de Ferran, plaza de Sant Jaume, calle del Obispo, plaza Nova y avenida de la Catedral.

Homilía

El Cardenal Omella durante la homilía, agradeció a todos los fieles la implicación en la misión de la Iglesia. Recordó a los fieles la presencia de Cristo en medio de nosotros. «Hermanos adoramos a Dios entre nosotros, valoramos la Eucaristía y participamos de ella. De la Eucaristía arranca todo. La vida cristiana, las virtudes la fuerza para vencer al mal y evangelizar», dijo.

El arzobispo de Barcelona recordó cómo Corpus es la fiesta de la caridad y destacó la preciada labor de Cáritas. «Cáritas, en nombre de la comunidad cristiana, está cerca de los pobres. No podemos normalizar el drama de la exclusión social, de aquellos que tantas veces nos recuerda al Papa Francisco a los excluidos de la sociedad. Damos gracias a quienes hacen posible que Cáritas sea el faro de tantas familias», añadió.

Después de la procesión, siguiendo la tradición el Águila y los gigantes danzaron y se reverenciaron ante la custodia, dando paso a la bendición final.

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