«Joan Roig fue un verdadero testimonio del amor a Dios y a los hermanos»

La Sagrada Familia acoge la ceremonia de beatificación del mártir Joan Roig Diggle, el joven laico que murió asesinato con 19 años a los inicios de la Guerra Civil

Fotografías: Dr. Guillermo Simón

La Iglesia Archidiocesana de Barcelona y la Asociación de Amigos de Joan Roig han organizado la ceremonia de beatificación del joven Joan Roig Diggle, nacido a la archidiócesis de Barcelona y martirizado por su fe el día 12 de septiembre de 1936.

Una basílica de la Sagrada Familia con un aforo menor al 25% y unas estrictas medidas de seguridad ha acogido la beatificación del joven mártir Joan Roig Diggle. 588 personas con una distancia de más de metro y medio y con mascarilla obligatoria han podido presenciar la misa presidida por el cardenal Omella y concelebrada por el cardenal Lluís Martínez Sistach y el nuncio apostólico Mons. Bernardito Auza. El despliegue de la imagen del beato ha sido el punto álgido de la ceremonia de Joan Roig, el joven laico que murió con 19 años a los inicios de la Guerra Civil.

Joan Roig, un modelo de vida cristiana

El cardenal Omella durante la homilía ha asegurado que « Joan Roig puede ser un modelo de vida cristiana para los jóvenes y adultos de nuestra sociedad. Su testimonio puede suscitar en nosotros el deseo de seguir a Cristo con alegría y generosidad». Además, «Joan estuvo comprometido en cuerpo y alma en la construcción de la civilización del amor y en la lucha por la justicia, por la paz y por la solidaridad. Consciente de esta situación, similar a la que actualmente nos toca vivir, quería transformar la sociedad, pero no desde la violencia, sino desde el Evangelio». El cardenal Omella ha explicado que «Joan Roig fue un hombre de acción y de oración, un verdadero testimonio del amor a Dios y a los hermanos».

Biografía

El joven de los Roig Diggle nació en la Barcelona del 1917 en una familia catalano inglesa. Su educación empezó en los Hermanos de La Salle. Para iniciar el bachillerato se trasladó a los Escolapios de la calle Diputación. Tuvo como profesores a dos mártires ahora beatos; Ignacio Casanovas i Francesc Carceller. Un problema económico hizo a la familia Roig Diggle, trasladarse al Masnou. Para ayudarlos, Joan entra a trabajar como dependiente en un almacén de tejidos, y después en una fábrica en Barcelona. Todo esto combinándolo con sus estudios. Su llegada al Masnou es un gran cambio para Joan Roig, puesto que entra en la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña. Al cabo de poco tiempo fue nombrado delegado de los «vanguardistas», una veintena de jóvenes de 10 a 14 años, y vocal de la sección de Piedad.

«Murió porque no tenía miedo de defender a Cristo»

El entonces presidente de los «vanguardistas», del Masnou, Juan Meseguer, escribe de él: «Se pasaba horas ante el Santísimo sin darse cuenta. Su ejemplo convertía más que sus palabras. Quería ser misionero». Meseguer recordó las palabras que Joan le dijo sobre lo que estaba pasando en 1936. «Nos dijo que veríamos una Cataluña Roja, de sangre de sus mártires –aseguraba– pidió que nos preparáramos todos, porque si Dios nos había elegido para ser uno de ellos, teníamos que estar dispuestos a recibir el martirio con gracia y valentía».

Joan Roig Diggle, participaba en las tareas de la Federación, y fue nombrado vicepresidente del Consejo Comarcal de la Federación del Maresme. A lo largo de su corta vida, llegó a establecer grandes amistades como con su consiliario el padre Pedro Llumà o el Beato Pere Tarrés, su médico de confianza. Un líder nato al que en estas fechas había que eliminar «cueste lo que cueste». Según uno de sus biógrafos «el único motivo por el que lo mataron fue porque era católico». Así mismo aseguró que el  joven Diggle «murió porque no tenía miedo de defender a Cristo».

«Ahora más que nunca tenemos que luchar por Cristo»

Estas fueron las palabras del joven «John» como lo denominaban sus amigos, cuando las juventudes liberadas quemaron su federación, pasó varios días sin decir ni una palabra hasta que lo primero que dijo fue «Ahora más que nunca tenemos que luchar por Cristo». Así lo explica la hermana de Joan. El Ayuntamiento del Masnou ha dado el nombre de calle Joan Roig al que él recorría diariamente cada mañana para acudir a misa.

El martirio

«God is with me», las palabras que dijo a su madre antes de marchar de la mano de los milicianos a los que perdonó antes de ser asesinado, han marcado a todos aquellos quienes conocen su historia.

La noche del 11 de septiembre de 1936, Joan Roig hacía poco que había llegado a casa de visitar a la familia Rosés. Entonces, unos milicianos golpearon su puerta. El joven se apresuró  a sumir las Sagradas Formas como viático. Cuando se lo llevaban abrazó a su madre y se despidió de ella en inglés para que no lo entendieran: «God is with me»,  «Dios está conmigo».

La patrulla de las juventudes libertarias de Badalona, después de varios desplazamientos, lo llevó junto al cementerio nuevo de Santa Coloma de Gramenet, donde aquella noche, víspera del 12 de septiembre de 1936, festividad del Dolç Nom de Maria, fue asesinado en cinco tiros dirigidos a su corazón y uno de gracia en la nuca. Le permitieron dirigirles la palabra. Las últimas que salieron de sus labios fueron: «Que Dios os perdone como yo os perdono».

Uno de los verdugos aseguró que: «Aquel chico rubio era un valiente. Murió predicando, diciendo que nos perdonaba, y que pedía a Dios que nos perdonara. Casi nos conmovió». Al ser exhumados sus restos se le reconoció la entrada de una bala por la parte posterior del cráneo y otras cinco heridas en el pecho. La tumba de Joan Roig reposó en el cementerio de Santa Coloma hasta su traslado a la Parroquia de Masnou.

Una figura próxima

El cardenal Joan Josep Omella destaca como «Joan Roig no es una figura de un tiempo lejano. Su manera de ser y de hacer habla a nuestro tiempo, complejo y difícil, que conoce el azote de la pandemia del coronavirus, que ha extendido el sufrimiento y la soledad, y que está provocando la muerte de miles de personas, la mayoría gente mayor. También la vida y la muerte  de Joan se dieron en un tiempo convulso e incierto, en que los conflictos y las injusticias se pretendían resolver por la vía de la violencia». También, según el cardenal Omella, es un ejemplo para los jóvenes. «Estamos ante un joven de diecinueve años, trabajador y estudiante, hombre de cultura sólida e infatigable lector de los documentos papales, que es capaz de  comunicar el valor inmenso que tiene el pensamiento social de la Iglesia. Él defenderá que “la única y verdadera justicia social” es la que sale del Evangelio de Cristo y la que se plasma  en la Doctrina Social de la Iglesia».

Causa de Beatificación

La benemérita Asociación de Amigos de Joan Roig, del que Rosa Deulofeu fue presidenta, promovió en 1993 su causa de beatificación y el traslado de los restos mortales del Sirviente de Dios del Cementerio de Santa Coloma de Gramenet al sepulcro preparado en la capilla de la parroquia de Sant Pere de Masnou, donde actualmente reposan desde el 2007. El Cardenal Ricard M. Carles fue el artífice que firmó el acta de clausura del proceso diocesano de beatificación de Joan Roig en 2001. El papa Francisco propuso a Joan Roig Diggle para la beatificación en la congregación de la causa de los santos hace apenas un año.

Décimo cumpleaños de la dedicación

El acto litúrgico, enmarcado dentro del Plan Pastoral «Salgamos» este año dedicado a los jóvenes, coincide con el décimo cumpleaños de la dedicación de la basílica de la Sagrada Familia por el culto, un día histórico también para los miembros de la Asociación de Amigos de Joan Roig, que ahora hace 30 años que empezaron a promover la causa.

El día 7 de noviembre del 2010 el papa Benedicto XVI celebró un acto litúrgico que abría el principal espacio de este templo a los fieles. En su homilía el Papa alababa una construcción «fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible de Dios invisible, a gloria del cual se levantan estas torres, sagetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma».

Joan Roig Diggle, joven y mártir a partir de ahora también es beato de la Iglesia y un ejemplo de joven comprometido con la vida cristiana.

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