Homenaje a Guillem Rovirosa y Julián Gómez del Castillo
El Movimiento Cultural Cristiano honra el servicio de dos laicos que ofrecen unos principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción para el laicado en la actualidad
Los laicos del territorio llevan dos semanas siendo los protagonistas de la Iglesia. Después del multitudinario Congreso de Laicos celebrado en Madrid a mediados de febrero, este pasado fin de semana el Movimiento Cultural Cristiano ha organizado un Curso-Homenaje a Guillem Rovirosa y Gómez del Castillo, bajo el lema “Apostolado y Caridad Política”. La jornada partía de un objetivo claro: Promover el apostolado de los laicos en el mundo. “El pensamiento y el testimonio de Rovirosa y Julián Gómez del Castillo, ofrecen unos principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción para vivir la caridad política” explicaban desde la misma organización.
La jornada se giró en torno a 4 directrices: En primer lugar, con la aportación de Rovirosa ante los desafíos de la iglesia del s. XXI ofrecida por el Secretario General de la CEE Mons. Luís Argüello. Seguidamente la Dra. en Historia, Marimar Araus ofreció la ponencia “La promoción militante, en Rovirosa i Julián”. Por otro lado, se trabajó el pensamiento económico y del trabajo en Rovirosa, para terminar en la caridad política y los retos de los laicos en la sociedad actual.
El protagonismo de los laicos
“Tenemos por delante dos jornadas dedicadas al estudio pensamiento y acción de dos laicos conversos que nos dan directrices de acción de los laicos en la Iglesia” ha relatado el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Sergi Gordo en la presentación del curso homenaje. “Hace una semana nos encontrábamos en Madrid, ahora no puede haber marcha atrás, ahora es un paso adelante”. El obispo auxiliar puso ejemplos de grandes laicos comprometidos de la historia de Barcelona. En primer lugar, Antoni Gaudí que creó el edificio más reconocible de la ciudad como es la Sagrada Familia, “convirtiéndolo en un Templo Expiatorio ya que Gaudí era un cristiano convencido”. Asimismo, relató como la basílica de Santa María del Mar, donde se celebró la eucaristía final, se llevó a cabo gracias al pueblo.
La post-cristiandad en tiempos paganos
El secretario de la Conferencia Episcopal Española y obispo auxiliar de Valladolid, Mons. Luís Argüello, no quiso perderse el homenaje a dos laicos comprometidos dedicando sus palabras a los desafíos que tiene la Iglesia en la actualidad e incorporando la aportación de Guillem Rovirosa en esta. “Estamos viviendo el cristianismo en la post cristiandad” aseguraba Argüello. Es por ello, que según el obispo, “la Iglesia tiene que aprender una nueva forma de relacionarse con la sociedad y también con el poder, porque estamos en un momento histórico, donde más que en una época de cambio, estamos inmersos en un cambio de época que puede que haya venido para quedarse”.
Mons. Argüello quiso analizar cómo es esta sociedad post-cristiana donde la educación se reduce a unos valores que “no son más que banderas que se sacan a la calle pero poco tienen que ver en nuestros estilos de vida”. El secretario de la CEE cree que más que en una sociedad agnóstica o atea, “vivimos en un tiempo pagano”. Un tiempo que se caracteriza en “la crisis de la dignidad humana” asegura Argüello. “Se ha producido esta traslación de la dignidad humana intrínseca hacia una dignidad moral valorada por cuestiones morales y no por el simple hecho de nacer”.
Otra característica de este mundo pagano según Argüello, es que el tiempo es circular. “El cristianismo incorpora el tiempo como algo abierto ya que después de la muerte existe la vida eterna, algo que hemos dejado de predicar. La perspectiva de la vida eterna y del juicio de Dios tienen que volver a estar presentes” asegura el obispo auxiliar de Valladolid.
El plan formativo de Rovirosa
En un mundo que vive con unas enormes desigualdades que según el papa Francisco “vivimos en la cultura del descarte”. Rovirosa se entusiasmó por las virtudes de Cristo: humildad, pobreza y sacrificio. Según contaba Argüello: “Su plan de acción precisaba poner en marcha un método de encuesta para encauzar la revisión de vida con el objetivo de ser instrumento para formar personas en la acción y no para hacer acciones”.
Por eso, en su plan formativo incluye la propuesta de integrar fe y vida para formar un militante. “La primera virtud de Jesús es la obediencia, esta obediencia hace a Rovirosa presentarnos la vida como vocación, es decir, salir a la plaza pública desde el testimonio para ofrecer el reinado de Dios”. Asimismo, el obispo Argüello destacó para finalizar que “los laicos ingresan en el mundo la caridad. Sienten la llamada de exploración para recordarnos la vida fraterna, el estar en los basureros de la historia, en la vida de los pobres entre los pobres. Finalmente, tenemos que llegar a crear una misión compartida formando comunidades de vida entre laicos y pastores”.
Guillem Rovirosa y Julián Gómez del Castillo
Guillem Rovirosa (1897, Vilanova i la Geltrú) redescubre la fe cristiana, perdida tras la muerte de su madre en París donde, junto a su mujer, se comprometen a dedicar al trabajo apostólico todo su tiempo, su profesión y su matrimonio. En 1946 funda sin condiciones la HOAC y se entrega a la promoción militante cristiana de los obreros humillados y apartados de la fe tras la guerra civil. Su conversión a Cristo y su incondicional amor a la Iglesia así como a los más pobres, le llevará a una vida política y social, negándose a servir a ninguna tendencia política que no protagonizaran los pobres. Terminó falleciendo en febrero de 1964 a los 67 años.
Julián Gómez del Castillo (1924) fue un niño que tuvo que trabajar y unirse a las luchas sociales de pequeño debido a la muerte de su padre. A partir de su juventud la lucha por la justicia y la vida cristiana formarán parte de él. Tiempo más tarde, a mediados de los 40 conoce a Rovirosa y la HOAC, que devolvieron la esperanza a una clase obrera hundida, así Gómez del Castillo fue perseguido por el franquismo llegando a cumplir condena en prisión. A pesar de la persecución, se convierte en el primer impulsor, junto con Rovirosa en los sesenta, de la editorial más importante en su oposición al franquismo, ZYX. En los ochenta colabora con el lanzamiento del Movimiento Cultural Cristiano y creando las ediciones de “Voz de los sin Voz” convirtiéndose en el primer editor de la lucha social de la España contemporánea. Finalmente murió en 2006.