En clave de martirio
Artículo de opinión del obispo Sebastià Taltavull del domingo 2 de julio publicado en Catalunya Cristiana

Esta es una de las frases que ha resonado con fuerza en la basílica de San Pedro al inicio del Consistorio de los nuevos cardenales, entre ellos nuestro arzobispo Juan José Omella. Así lo ha dicho él explicando qué significa y qué implica ser cardenal de la santa Iglesia. «A diferencia de los honores mundanos, en la Iglesia no hay otros títulos que aquellos que señalan el camino de un servicio más solícito y más comprometido con el anuncio del Evangelio y el rescate de todos, sobre todo de los más necesitados, en el del nombre del Señor.» La clave es el martirio, palabra que significa «testimonio».
Agradezco estas palabras al Señor porque todos —todo el rebaño— nos sentimos implicados en la misma misión del pastor, después de haber aceptado hacerlo realidad en la propia vida. «De ahora en adelante —ha dicho el nuevo cardenal— será un signo vocacional de un nuevo despojo de nuestros intereses, hasta que, por amor al pueblo de Dios y fidelidad al Buen Pastor Jesús y a su vicario en la tierra, se consuman todos nuestros recursos.»
Quiero poner de relieve, especialmente, que el grupo de los cardenales que el papa Francisco ha elegido ha sido todo un signo, dadas las circunstancias no siempre favorables por parte de quienes se oponen a que la Iglesia sea más testimonial y pobre, tal y como quiere Jesús. Los elegidos han pasado por situaciones nada fáciles e, incluso, dramáticas, testigos de la única Iglesia de Cristo que subsiste en comunidades probadas, sea por la pesadumbre de la increencia, sea por la guerra, por la pobreza o que han compartido el dolor por la muerte violenta del propio obispo por la defensa del Evangelio de los pobres. El cardenal Omella ha añadido que «ahora la alegría de estos pueblos resuena también en nuestros corazones».
Queda claro, pues, que una vida cristiana auténtica, para dar testimonio hoy, se vive en clave de martirio, como lo vive Jesús, que es todo lo contrario de una vida autorreferencial infectada de mundanidad espiritual y que busca los propios intereses y no los de Cristo.
Sebastià Taltavull Anglada
Obispo auxiliar de Barcelona y
Administrador apostólico de Mallorca