El «Ou com balla» danza en el claustro de la Catedral desde 1636
La fuente de san Jordi permanecerá vestida de gala hasta el 6 de junio con la solemnidad del Corpus Christi

La Catedral de Barcelona acoge un año más la tradición del Ou com balla. La fuente de san Jordi del claustro de la sede barcelonesa se ha vestido de gala, como hace desde 1636, primera fecha documentada, para alojar una de las tradiciones más antiguas de Barcelona.
Un huevo vacío recogido de una de las trece ocas del claustro que simbolizan los martirios de Santa Eulàlia, se mantendrá bailando encima de un manantial que tiene el pie decorado con cerezas rojas y flores que este año cuentan con una tradición recuperada cómo son las retamas, situadas a los pies de la fuente.
El Ou com balla seguirá bailando en la catedral de Barcelona hasta el domingo 6 de junio día que se celebrará la solemnidad del Corpus Cristi, la gran fiesta religiosa en Barcelona que en la liturgia expresa tres aspectos: Cristo, presente en la Eucaristía por las calles de la ciudad, la alegría y la fiesta ciudadana alrededor de la procesión y la caridad y el amor a los demás, expresado en la ayuda a los más vulnerables.
El origen del Ou com Balla
Existen indicios del Ou com balla desde el siglo XV. En 1636 la fuente del claustro de la Catedral de Barcelona se decoró con flores y en el libro de cuentas de la Catedral está registrada la compra de una partida de huevos que debían utilizarse por Corpus.
Este año, esta tradición marca el inicio de las celebraciones de un Corpus Christi muy especial, que cierra la celebración el 700 aniversario de la primera procesión del Corpus celebrada por las calles de la capital catalana. Este domingo la procesión no faltará a su cita con la feligresía en el exterior de la Catedral.
La «fiesta de las fiestas»
La «fiesta de las fiestas» tiene su origen en el 1320, según fuentes escritas que dejan constancia del primer camino procesional celebrado por las calles de Barcelona, una de las primeras procesiones de toda Europa y una de las pioneras en nuestro país. Este año, atendiendo a las circunstancias sanitarias excepcionales que vivimos, la celebración litúrgica tendrá lugar el 6 de junio en el exterior de la Catedral, con una procesión «estática» por la avenida de la Catedral.
El origen de esta solemnidad que conmemora la presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo en el sacramento de la Eucaristía se remonta al siglo XIII en la ciudad belga de Lieja. Se convierte en una fiesta móvil dentro del calendario litúrgico de la Iglesia católica que se celebra el primer jueves después de la octava de Pentecostés, pero que adaptándose al calendario de fiestas de nuestro país se ha trasladado al domingo siguiente, por lo tanto, dos domingos después de la celebración de Pentecostés.