Educa jugando
La Fundación Pere Tarrés ofrece un decálogo para ayudar a comprar los regalos de reyes con un criterio educativo

Los tres reyes, acompañados de sus fieles pajes están a punto de llegar a Belén, y a todas las casas del mundo, para repartir los esperados regalos a todos los niños y niñas. Una buena manera de hacer la mejor selección de aquello llevarán Melchor, Gaspar y Baltasar; es encontrando una tendencia que eduque a los niños jugando.
Educar no es un hecho puntual. Es un proceso con una clara intencionalidad y esta acción se puede continuar trabajando durante estas fechas tan especiales que se acercan: fechas cargadas de componentes como la magia, los colores y unos personajes fantásticos que hacen vibrar la imaginación y la ilusión de muchos niños. Para hacerlo la Fundación Pere Tarrés pone en marcha una serie de recomendaciones para que esta Navidad los niños puedan jugar en familia y, al mismo tiempo, a través del juego, recibir una educación y la transmisión de unos valores.
El decálogo
1. Escuchar y leer bien el que piden los niños y jóvenes. Mirar el amplio abanico de juegos y juguetes que ofrece el mercado. Después seleccionar, con intencionalidad educativa, aquello que se va a comprar.
2. Elegir aquellos juegos y juguetes que estén fabricados con materiales como cartón, madera, ropa o papel. Aquellos que son materiales naturales y, por lo tanto, más respetuosos con nuestro entorno y menos perjudiciales para la salud de las personas que los manipulan.
3. Preferiblemente, seleccionar juegos y juguetes donde haga falta la interacción de más de un participante. Así, se pueden incentivar relaciones afectivo-emocionales entre las personas que juegan. Se puede aprovechar la misma dinámica del juego para transmitir valores como la justicia, la libertad, la honestidad y la solidaridad, entre otros. Hay que recordar que hay juegos que ya están creados para trabajar la cooperación y el trabajo en equipo. Construir conjuntamente fortalece el vínculo entre las personas que se implican.
4. Optar por los juegos de mesa representa tener que buscar un momento del día para estar todos juntos. Aprovechar el mismo día de Reyes para probar aquel juego nuevo servirá para disfrutarlo mientras que trabajaremos hábitos como respetar el turno, saber esperar, utilizar buenas maneras, saber perder, saber ganar, o mantener la atención durante un rato determinado. Hay muchos tipos de juegos de mesa: cartas, dados, fichas, o tablero. Es bueno pensar en la variedad de juegos que nos ofrece el mercado y no quedarnos solo con una sola tipología. Existen tiendas donde antes de comprar el juego te lo dejan probar y de este modo puedes decidir mejor si aquel juego es el adecuado para la persona con quien estabas pensando y cumple los requisitos que tú buscabas.
5. Las fiestas navideñas son momentos de reunión y encuentro con las diferentes personas que forman nuestra familia. Es fácil, y muy probable, que se comparta algún rato del día con personas de diferentes edades: abuelos y abuelas, tíos y tías, hermanos y hermanas. También padres y madres. Recordar y regalar juegos tradicionales y sencillos como unas cuerdas, unas gomas, unas tizas, unos cordeles de colores, unas tabas o unas peonzas de madera es económico y anima a compartir, salir a la calle y jugar plegados.
6. Hay que tener cuidado con aquello que transmite la publicidad sobre el producto que estamos a punto de comprar. Se tiene que procurar pensar con aquello que, realmente, quiere el niño para jugar. También recordar que nuestra actitud tiene que ser educativa. Es necesario evitar los juguetes sexistas y que incluyen estereotipos de género. Todos y todas pueden jugar a familias, crear hospitales, hacer de bomberos y bomberas, o tenderos y tenderas. Los modelos que perciben los niños cuando son pequeños son más fáciles de ser reproducidos cuando sean adultos. Por este motivo, hay que ampliar la visión y dejar los estereotipos de banda.
7. Pensar en juguetes que estimulen la creatividad y el intelecto de los niños. Hay que dejarlos ratos para crear y reinventarse. Estemos a su lado y, si nos lo piden, compartimos el espacio de juego plegados.
8. Vivimos a la era digital y, por este motivo, los niños y jóvenes continúan pidiendo videojuegos a los Reyes. Si se hace un buen uso, pueden ser una herramienta para aprender. Para desarrollar diferentes habilidades y estrategias. A la hora de regalar un videojuego hay que tener en cuenta la edad recomendada. También la tipología de juego y qué son los contenidos que aparecen. Nunca está de más pensar en juegos para hacer en familia, donde todos juntos tengan que pasar pruebas, practicando deportes o bailando alguna danza intentando; que el niño no se aísle.
9. Recordar los valores que se quieren transmitir y fijarse en el mundo que nos rodea. Se puede trabajar la interculturalidad si pensando en juegos de todo el mundo. El juego forma parte de la cultura de un lugar; la manera de jugar, los recursos que se utilizan y la historia del juego en si, forman parte de la memoria histórica de una cultura.
10. Y, para acabar, evitar comprar juguetes bélicos que inciten a la violencia y a hacer daño, en general. «Cuál es el mensaje que transmite al niño un juguete de este tipo? Es coherente con nuestra manera de hacer y con los valores que queremos transmitir?».
Dos objetivos principales
El objetivo de este decálogo es doble. En primer lugar, dar un golpe de mano facilitando un conjunto de pistas que ayudarán a elegir con cabeza un juguete. Para acabar, aprovechar las fiestas para reflexionar sobre el sentido del juego y los juguetes durante la Navidad. Cómo se pueden usar para educar las personas más importantes del mundo del hoy, que serán las responsables de construir el mundo del mañana.