Decálogo para disfrutar de una Navidad más responsable y sostenible

La Fundación Pere Tarrés quiere fomentar entre los más jóvenes valores y hábitos respetuosos con los derechos humanos, la igualdad de género y el medio ambiente, entre otros

«Fundación Pere Tarrés». La Navidad es una época para compartir pero, desgraciadamente, también suele estar asociado al consumo. Cualquier compra tiene un impacto y es importante recordar la responsabilidad que implica. Aquello que consumimos y cómo lo consumimos tiene varias consecuencias, desde la cadena de producción hasta su uso y huella ambiental.

La entidad de educación en el ocio más grande de Cataluña, la Fundación Pere Tarrés, ha querido contribuir a la experiencia de unas celebraciones navideñas con conciencia de la responsabilidad que tenemos todos juntos al conseguir un mundo mejor. En este sentido, un equipo de docentes y expertos en temas sociales, medioambientales y juegos de la entidad ha elaborado un decálogo con recomendaciones y consejos dirigidos al equipos educativos y familias para conseguir vivir la Navidad de manera más responsable y sostenible.

El decálogo

1. Productos de comercio justo. El mapa de economía solidaria ‘Palmo a palmo’ ofrece hasta quince criterios relacionados con las condiciones laborales de los trabajadores o las características de sostenibilidad. Otro ejemplo es la plataforma ‘Ethical Time’: los usuarios pueden adquirir ropa elaborada según criterios de sostenibilidad ecológica y de respeto por los derechos humanos. La industria de la moda es la segunda más contaminante.
2. Optar por el comercio de proximidad. Consumir en las tiendas de barrio no solo fomenta las relaciones vecinales a través de la relación interpersonal entre vecinos. También es un empujón a la economía local. Escoger el comercio de proximidad tiene beneficios económicos, sociales y de sostenibilidad.
3. Compras con banca ética. La popularización de las tarjetas bancarias contactless contribuye a perder la conciencia de pago en nuestras compras. Las entidades financieras, que asumen el gasto de la producción de la tarjeta de crédito, reciben una compensación cada vez que se usa. Una opción puede ser invertir esta bonificación en un impacto social, tal como promueve la asociación HECHOS de banca ética. Algunos posibles intermediarios en el pago son Coop57, Fiare, Oikocrèdit o Triodos Bank.
4. Regalar juguetes no sexistas. Es imprescindible evitar los juguetes que incluyan estereotipos de género, como por ejemplo coches para los niños y cocinas para las niñas. El juego tiene que promover los talentos sin distinción de género y es por eso que se debe poner atención en no regalar juguetes que cosifiquen las mujeres ni que distorsionen la pluralidad de la sociedad.
5. Evitar los juguetes bélicos. Tenemos que evitar comprar juguetes que inciten a la violencia porque fomentan la competencia, el concepto de superioridad y el enfrentamiento entre niños. Normalizar este tipo de juguetes supone facilitar que los niños asumen la violencia como parte de su relación con los otros. Regalar juegos tradicionales y sencillos como unas cuerdas, unas tizas o unas peonzas de madera es económico y anima a compartir, salir a la calle y jugar juntos.
6. Hacer regalos inmateriales. Las experiencias o presentes con valor inmaterial y simbólico pueden tener un significado especial y profundo para quien los recibe. Pobner el nombre a una estrella, regalar tiempo, hacer una aportación a una entidad solidaria en nombre del destinatario, comprar entradas por el cine o un concierto, apadrinar una mascota o compartir una actividad solo son algunas ideas de regalos.
7. Movilidad sostenible. Mantener unos buenos hábitos cotidianos incluye también evitar el uso del transporte privado. Además de aportar beneficios para la salud, viajar en transporte público colectivo, ir en bicicleta o andar reduce la producción de gases tóxicos a la atmósfera, además de reducir la congestión viaria, el consumo de combustible y los niveles de ruido ambiental.
8. Felicitaciones electrónicas. Se pueden desear unas felices fiestas sin abusar del papel. Año tras año se envían miles de tarjetas de Navidad que suponen un derroche de recursos económicos y de papel. Las felicitaciones electrónicas son una muy buena alternativa. En Internet existen muchas páginas que permiten crearlas de manera gratuita y llegan de manera inmediata al destinatario.
9. Planificación en la cocina para no tirar comida. La previsión a la hora de diseñar los menús de Navidad ayuda a racionalizar las compras y evitar que se tire comida. Es aconsejable rehuir del consumo compulsivo y fuera de la lista de la compra porque favorece el derroche de los alimentos. También supone un acierto optar por menús elaborados con comida saludable y productos de proximidad.
10. Reutilizar y reducir. A la hora de montar el pesebre, usar serrín en ninguna parte de musgo, montar el árbol de Navidad con cartones o volver a decorar con los decoraciones de años anteriores disminuye el impacto medioambiental. Evitar el uso de plástico. A la hora de ir a comprar, utilizar bolsas reutilizables. Cuando se hacen regalos, es preferible elegir aquellos que lleven pocos envoltorios. La separación correcta de los desechos es clave.

Estos consejos manifiestan que es una responsabilidad de todos tener una visión de futuro y ser conscientes de cómo nuestras acciones tienen una repercusión en el mundo. Está en nuestras manos contribuir a la creación de un mundo más justo, sostenible e inclusivo, no solo en Navidad, sino durando todo el año.

¿Te ha interesado este contenido? Suscríbete a nuestro boletín electrónico. Cada semana, la actualidad de la Iglesia diocesana en tu correo.

Te interesará ...