De celebración en el Santuario de María Auxiliadora
El cardenal Omella asiste a la parroquia salesiana de Sarrià con motivo de la fiesta patronal
Con motivo de la fiesta de María Auxiliadora, este 24 de mayo, la familia salesiana del Santuario- Parroquia (Santuario desde 1901 y parroquia desde 1968) de Sarrià, dedicado a la Virgen, se reunió para la celebración patronal. El arzobispo de Barcelona Card. Juan José Omella, presidió la misa, concelebrada con el provincial de los salesianos Mn. Ángel Usurmendi y el responsable de la Obra Salesiana de Sarriá, Alexandre Damians.
Contemplar la Virgen
La feligresía ocupaba desde el primer hasta el último banco del Santuario, con una actitud gozosa para la celebración patronal. Todos, a la espera de la tradicional recepción de la imagen de la Virgen de María Auxiliadora, que llegó hasta los pies del altar a hombros de cuatro portantes. Era, según el cardenal, un rasgo distintivo hacia la Virgen, «para acercarla a todos los presentes». «Es una invitación a contemplar la Virgen», expuso durante la homilía.
¿Qué nos pide?
El arzobispo de Barcelona, con un tono cercano, invitó a los presentes a mirar la Virgen. «Escuchad lo que nos dice y lo que pedía cuando dijo: Haced lo que Él os diga!» – citaba el cardenal-. Una llamada, según Omella, a ser instrumentos de concordia y paz, dirigida a cada uno personalmente, y en la comunidad parroquial en general. «Algo rompe nuestras familias, en la sociedad, en el mundo occidental de hoy, y no podemos dejar que la división se instale entre nosotros», advirtió el cardenal. «¡Amaos los unos a los otros y perdonaos!«, Exclamó.
El Cardenal Omella instó a ser «instrumentos de solidaridad y de esperanza» en medio la sociedad, desde el mismo testimonio de encuentro con Dios. «Cristo es camino, verdad y vida, y quien lo encuentra ve la luz», dijo. «Estamos llamados a ser testigos de aquellos que han encontrado a Cristo».
Citando las palabras del Papa, Omella se refirió a los fieles como «el sistema inmunitario de la Iglesia». «Vosotros que ponéis la confianza en María, gente sencilla, que no juzguáis, que vivís la solidaridad – los exhortaba el obispo- es en vosotros donde se abren caminos de transformación del mundo«.
