Cine Espiritual: «Utoya, 22 de julio»
8 años después del trágico atentado en la isla de Noruega, se presenta la película sobre los hechos acontecidos

Esta semana se cumplen 8 años de los atentados que tuvieron lugar en Utoya (Noruega), en 2011. Con este trágico recuerdo, se estrena: Utoya, 22 de julio. El director encargado de llevar los hechos a los cines ha sido Erik Poppe, conocido por sus últimas películas: La decisión del rey (2016) y Mil veces buenas noches (2013). En este caso, relata la historia desde la misma vivencia de una de las jóvenes (ficticia) que sufre la persecución.
Sinopsis
Kaja (Andrea Berntzen), es una chica de 18 años, que está en unos parlamentos en el campamento de verano de la isla noruega de Utøya. Aparece apenas 12 minutos antes de que empiece la matanza, el 22 de julio de 2011. A través de su experiencia se muestra lo que fue el peor día de la historia moderna de Noruega. Se presencia el momento des de que comienza a escuchar los disparos en el campamento donde transcurre el segundo atentado tiroteo, tras el bombardeo en la oficina del ministro de Estado y del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública de Oslo. Los jóvenes acampados saben de la bomba explosionada por un terrorista en Oslo, pero desconocen que Anders Breivik se encuentra en la isla con la intención de cometer un asesinato en serie.
«El mal»
El relato- documental está explicado desde el sufrimiento en la propia piel de quienes lo vivieron, a través de esta protagonista. Con este se pretende dar rostro a todos aquellos jóvenes que vivieron estos momentos de incertidumbre. Por ello, se recrea en tiempo real los fatídicos atentados. Unos sucesos que provocaron la muerte de 77 personas y más de un centenar de heridos.
Tal como explica el crítico de cine espiritual, este largometraje que sumerge al espectador en el foco de la tragedia muestra la imagen del mal. «En el fondo es representación de la imagen del mal, a través de este empresario de ultraderecha», explica el crítico. Una reflexión sobre «cómo el mal se refleja en la actualidad a partir de trágicos hechos como este» y de cómo, aún así, «los jóvenes no pierden la esperanza».
Comentario Mn. Peio