Cinco nuevos diáconos en la Iglesia de Barcelona
Santa María del Mar acoge la ordenación diaconal de Santiago Aragonés, Jordi García, Alejandro López, José Saperas y Fernando-Carlos de Valdivia
Fotografías: Ramon Ripoll
Santiago Aragonés, Jordi García, Alejandro López, José Saperas y Fernando-Carlos de Valdivia son los nuevos diáconos de la Iglesia de Barcelona. La basílica de Santa María del Mar ha acogido este 13 de diciembre la celebración, presidida por el Arzobispo de Barcelona, el Card. Joan Josep Omella. La acompañaban también los obispos auxiliares Mons. Sergi Gordo, Mons. Antoni Vadell y el obispo electo, Mons. Javier Vilanova, que será ordenado este 22 de diciembre.
Con el aforo reducido al 30%, en total asistieron al acto 500 personas. Entre ellas los familiares de los escogidos para el diaconado, así como los sacerdotes y miembros del diaconado. Todos presentes como testigos de la ordenación de los cinco escogidos por Dios. Así lo dijo el Card. Omella durante la homilía. «Dios es quien te elige y te llama. Dios te ha elegido en su absoluta libertad. No elige el mejor, elige aquel que él quiere. Dios elige al débil para que sea fuerte con la fuerza del Espíritu, con la fuerza del Amor…»
Actitud de servicio y caridad
El Cardenal, les el decir gran secreto del ministerio pastoral. Un ministerio centrado en la actitud de servicio a los demás. «Desgastarse en servir a los hermanos; desgastar porque ellos recuperen su dignidad; desgastar para que se reconozcan y sean reconocidos como personas… como hijos de Dios». Una entrega como la de San Lorenzo, patrón de los diáconos, con los pobre de Roma, les recordó Omella.
Los recalcó, el pilar del amor como motor de transformación. «El amor conlleva siempre una buena dosis de cruz, de sufrimiento y de dolor. La Cruz de Jesucristo es redentora, es liberadora. La Cruz es camino de resurrección, pero para llegar a la gloria hay que saber agarrarse a la Cruz, llevarla sobre los hombros y el corazón».
Ritos de ordenación
Los cinco ordenantes, se presentaron ante el Cardenal en la elección de los candidatos y siguieron todos los pasos según el rito de ordenación. Así, tras las promesas de los escogidos y obediencia al obispo, los candidatos se postraron en el suelo en señal de humildad y oración, invocando los santos y santas pidiendo la Gracia de Dios, con la Letanía de los Santos. El Cardenal hizo la imposición de las manos a los cinco escogidos, para recibir así el don del Espíritu Santo, para el oficio de diácono.
Finalmente, se revistieron con la estola y la dalmática, propias de su oficio y Omella, les entregó el libro del Evangelio para las celebraciones litúrgicas. Fue, en este momento, cuando los otros diáconos presentes saludaron los nuevos ordenados. En lugar de la tradicional abrazo, por precaución sanitaria ante el contexto de pandemia, los nuevos diáconos van dedicarles una reverencia en el gesto de acogida en el orden del diaconado.
«Gracias»
Después de la Eucaristía, el nuevo diácono Santiago Aragonés en nombre de los ordenados expresó unas palabras de agradecimiento a todos los presentes. Entre estos, los miembros del diaconado que «con su servicio acoger ser guía en acompañamiento y hermandad». También, los familiares y amigos, a los que agradeció el hecho «de aceptar la llamada que el Señor nos ha hecho siendo así una muestra de amor».
Al final de la celebración, el cardenal felicitó a los nuevos diáconos y las familias que los acompañan en este ministerio de la iglesia. Hizo un agradecimiento especial a todos los miembros del diaconado diocesano que celebran este año el 40 aniversario del primer diácono ordenado en Barcelona.