«Christus vivit»

La Exhortación Apostólica Postsinodal del papa Francisco dirigida «a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios»

Christus Vivit, la nueva Exhortación Apostólica Postsinodal del papa Francisco ha llegado. El documento se dirige a toda la Iglesia, pero en especial a los jóvenes del mundo. Se trata de una reflexión que busca estimular a todos y ofrece planteamientos generales para el discernimiento eclesial en esta materia. Es exigente y optimista y prevé nuevos horizontes a personas de todas las edades. Porque « Ser joven es un estado del corazón». Se estructura en nueve capítulos que recogen los grandes mensajes del sínodo de los jóvenes de octubre y da pautas sobre la atención de jóvenes en la iglesia.

 «Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. Entonces, las primeras palabras que quiero dirigir a cada uno de los jóvenes cristianos son: ¡Él vive y te quiere vivo!».

1.¿Qué dice la Palabra de Dios sobre los jóvenes?

El primero de les nueve caplítulos responde esta pregunta retomando las Sagradas Escrituras. Vuelve al Antiguo Testamento para recordar que «En una época en que los jóvenes contaban poco, algunos textos muestran que Dios mira con otros ojos». Allí recuerda las figuras de José, el Rey David, Jeremías o Rut. Sin embargo, en el Nuevo Testamento plantea como la edad no establecía privilegios. «Jesús, el eternamente joven, quiere regalarnos un corazón siempre joven». Al mismo tiempo el Papa nos asegura que «la verdadera juventud es tener un corazón capaz de amar».

2.Jesucristo siempre joven

Este segundo capítulo está inspirado en el pasaje de la visita de Jesús y sus padres al templo de Jerusalén. «Jesús es joven entre los jóvenes para ser ejemplo de los jóvenes y consagrarlos al Señor». Por eso el Papa asegura que en el Sínodo dijo que «la juventud es una etapa original y estimulante de la vida, que el propio Jesús vivió, santificándola». Así empieza este segundo capítulo desglosado en cinco subcapítulos. Nos habla de la juventud de Jesús, no de su niñez sino algunos pasajes de su adolescencia y juventud. Todo termina resumiéndose en que «toda su juventud fue una preciosa preparación, en cada uno de sus momentos, porque todo en la vida de Jesús es signo de su misterio y toda la vida de Cristo es misterio de Redención».

El Santo Padre pide una “Iglesia rejuvenecida”. Allí Francisco pide al Señor que libere a la Iglesia de los que quieren “esclerotizarla en el pa­sado, detenerla, volverla inmóvil”. En Christus Vivit asegura que la Iglesia: « Es joven cuando es ella misma, cuando recibe la fuerza siempre nueva de la Palabra de Dios, de la Eucaristía, de la presencia de Cristo y de la fuerza de su Espíritu cada día. Es joven cuando es capaz de volver una y otra vez a su fuente».

María recibe uno de los subcapítulos. «En el corazón de la Iglesia resplandece María. Ella es el gran modelo para una Iglesia joven, que quiere seguir a Cristo con frescura y docilidad» asegura el papa en su Exhortación Apostólica.

3.Ustedes son el ahora de Dios

«Cuando la Iglesia abandona esquemas rígidos y se abre a la escucha disponible y atenta de los jóvenes, esta empatía la enriquece, porque permite que los jóvenes den su aportación a la comunidad, ayudándola a abrirse a nuevas sensibilidades y a plantearse preguntas inéditas». Así empieza el Papa su tercer capítulo destacando el aporte de los jóvenes a sus iglesias locales.  «La juventud no es algo que se pueda analizar en abstracto. En realidad, “la juventud” no existe, existen los jóvenes con sus vidas concretas. Un mundo actual, lleno de progresos, muchas de esas vidas están expuestas al sufrimiento y a la manipulación» expresa el Papa. En este capítulo habla de las realidades de un mundo globalizado con todas sus heridas. La marginación, los migrantes, el mundo digital, la sexualidad o la mujer. «No seamos una Iglesia que no llora frente a estos dramas de sus hijos jóvenes. Nunca nos acostumbremos».

Por lo que hace a la sexualidad, para el papa Francisco “la moral sexual suele ser muchas veces causa de incomprensión y de alejamiento de la Iglesia, ya que se percibe como un espacio de juicio y de condena”. “Al mismo tiempo, los jóvenes expresan un explícito deseo de confrontarse sobre las cuestiones relativas a la diferencia entre identidad masculina y femenina, a la reciprocidad entre hombres y mujeres, y a la homosexualidad”. «Una Iglesia viva puede reaccionar prestando atención a las legítimas reivindicaciones de las mujeres que piden más justicia e igualdad» expresa el Papa. También ha puesto en valor la era digital donde vivimos en “una cultura ampliamente digitalizada”. Esta afecta al modo de la «noción de tiempo y de espacio, la percepción de uno mismo, de los demás y del mundo, el modo de comunicar, de aprender, de informarse o de entrar en relación con los demás». Los migrantes han tenido un punto detallado para el Papa en su Exhortación. Finalmente ha pedido que la «Iglesia desempeñe en medio de la sociedad un papel profético sobre el tema de las migraciones».

Poner fin a todo tipo de abusos

Esta exhortación tiene destinada una subsección solo a los abusos. «La universalidad de esta plaga confirma su gravedad en nuestras sociedades, no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia» explica el Papa. «El Sínodo renueva su firme compromiso en la adopción de medidas rigurosas de prevención que impidan que se repitan, a partir de la selección y de la formación de aquellos a quienes se encomendarán tareas de responsabilidad y educativas».

4.El gran anuncio para todos los jóvenes

En el cuarto capítulo el papa expone las « tres grandes verdades que todos necesitamos escuchar siempre, una y otra vez». La primera es: “Dios te ama”. En segundo lado, que “Cristo, por amor, se entregó hasta el final para salvarte”. Por último, la tercera verdad consiste en que  “Mataron al santo, al justo, al inocente, pero Él venció. El mal no tiene la última palabra”.

5.Caminos de juventud

En este quinto capítulo el Papa responde a ¿Cómo se vive la juventud cuando nos dejamos iluminar y transformar por el gran anuncio del Evangelio?. Para él « la juventud es un tiempo bendito». Según el Santo Padre “Apreciar la juventud implica ver este tiempo de la vida como un momento valioso y no como una etapa de paso donde la gente joven se siente empujada hacia la edad adulta”. El objetivo del Papa es que “seamos hermanos, comprometidos contra la violencia y defensores de la vida”.

6.Jóvenes con raíces

«Es imposible que alguien crezca si no tiene raíces fuertes que ayuden a estar bien sostenido y agarrado a la tierra. Es fácil “volarse” cuando no hay desde donde agarrarse, de donde sujetarse» empieza diciendo el Papa. Tener raíces implica tener una historia, una familia, una cultura. No se trata de adorar una juventud superficial sino tener un anclaje para crecer fuertes. « «Hoy vemos una tendencia a “homogeneizar” a los jóvenes, a disolver las diferencias propias de su lugar de origen, a convertirlos en seres manipulables hechos en serie». Queridos jóvenes, no acepten que usen su juventud para fomentar una vida superficial».

7.La pastoral de los jóvenes

«Si los jóvenes crecieron en un mundo de cenizas no es fácil que puedan sostener el fuego de grandes ilusiones y proyectos»

«Se está creciendo en dos aspectos: la conciencia de que toda la comunidad evangeliza a los jóvenes y la urgencia de que ellos tengan un protagonismo mayor en las propuestas pastorales». Así lo asegura el Papa en su Exhortación. Anima a los jóvenes a encontrar nuevos caminos, a ser audaces, creativos. «Crear “hogar” en definitiva es crear familia; es aprender a sentirse unidos a los otros más allá de vínculos utilitarios o funcionales, unidos de tal manera que sintamos la vida un poco más humana».

8.La vocación

«Es verdad que la palabra “vocación” puede entenderse en un sentido amplio, como llamado de Dios. Esto es valioso, porque sitúa toda nuestra vida de cara al Dios que nos ama» explica el Papa en el octavo capítulo.”Lo fundamental es discernir y descubrir que lo que quiere Jesús de cada joven es ante todo su amistad”. En esa amistad, afirma, “Somos llamados por el Señor a participar en su obra creadora, prestando nuestro aporte al bien común a partir de las capacidades que recibimos”.

La vocación, por tanto, «es un camino que orientará muchos esfuerzos y muchas acciones en una dirección de servicio. Por eso, en el discernimiento de una vocación es importante ver si uno reconoce en sí mismo las capacidades necesarias para ese servicio específico a la sociedad».

9.El discernimiento

Por último, llegamos al noveno capítulo con el discernimiento. «Sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en marionetas a merced de las tendencias del momento».

El Papa recuerda que el regalo de la vocación es un regalo “exigente”. Por tanto, «cuando el Señor suscita una vocación no sólo piensa en lo que eres sino en todo lo que junto a Él y a los demás podrás llegar a ser». Así el Santo Padre presenta para este capítulo “la atención a la persona”.

El Papa termina con un deseo: “Queridos jóvenes, seré feliz viéndolos correr más rápido que los lentos y temerosos. Corran, «atraídos por ese Rostro tan amado, que adoramos en la Sagrada Eucaristía y reconocemos en la carne del hermano sufriente. El Espíritu Santo los empuje en esta carrera hacia adelante. La Iglesia necesita su entusiasmo, sus intuiciones, su fe. ¡Nos hacen falta! Y cuando lleguen donde nosotros todavía no hemos llegado, tengan paciencia para esperarnos».

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