Celebración de Todos los Santos con la Pastoral de los marginados en el cementerio de Poble Nou

El obispo Mons. Javier Vilanova preside la misa de Todos los Santos con los testimonios de distintas entidades sociales de Iglesia

Imágenes: Secretariado de Marginación

Este año, con motivo de Todos los Santos se ha recuperado la misa por los difuntos en el cementerio de Poble Nou, organizada por el Secretariado de Marginación, que el año pasado no se pudo hacer a causa de la Covid. El obispo auxiliar de Barcelona, ​​Mn. Javier Vilanova, presidió la celebración, concelebrada por Mn. Joan Costa, delegado del Secretariado de Pastoral Social, y el párroco de la parroquia del Patriarca Abraham, Mn. Gabriel Carrió. También participó, Àngel Zambrana, responsable del Secretariado de Marginación, entre otros. La intención era recordar a los seres queridos que ya no están con nosotros, y con un recuerdo especial para las personas que han muerto este año en soledad, lejos de su casa y de su familia.

Oración

«Con la esperanza de que nuestros seres queridos ya disfrutan de la vida eterna, también nos unimos hoy para rezar por quienes normalmente nadie ruega». El obispo Vilanova se refería a las personas que han muerto en el último año en la calle, sin compañía, a aquellos que se marcharon de su tierra con la ilusión de encontrar un futuro mejor. El centenar de personas que participaban de la Eucaristía al aire libre escucharon algunos testigos, como el de Andina, una chica de mirada triste que dejó su casa y una pareja que la maltrataba, trabajaba duramente para enviar dinero a sus hijos, y que murió sin que nadie compartiera sus anhelos.

Testimonios

También recordamos a Georgere, de Rumania, vivía en la calle, con su salud debilitada, y que con Covid, murió. En los últimos días estuvo bien atendido en una casa de acogida de Santa Lluïsa de Marillach. Y de los Servicios Sociales de San Juan de Dios, un recuerdo especial para personas atendidas en una inmensa soledad, como Antonio. Todos ellos forman parte de las 60 personas sin hogar muertas en el último año. También hubo oraciones y agradecimientos por tantos profesionales y voluntarios, que acompañan a hermanos que pasan dificultades en los últimos momentos de sus vidas. Personas que dan esperanza y que con su ejemplo ya están construyendo en este mundo el reino de Dios.

«Nuestra fe en Cristo nos asegura que Dios quiere lo mejor por nosotros, que tengamos una vida plena, seguimos el camino de bondad de las Bienaventuranzas, nuestra meta es disfrutar del cielo». Palabras de esperanza del obispo Vilanova en una Eucaristía, que fue muy emotiva.

Como clausura, se cantó el Virolai y se repartieron claveles. Fue un símbolo del regalo de compartir la vida con las personas que tanto hemos amado.

 

Fuente: Secretariado de Marginación (Glòria Carrizosa)

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