Cerca de 600 personas asisten a la tercera vigilia eucarística diocesana
La vigilia eucarística de Corpus Christi contó con la presencia de los tres obispos auxiliares y del cardenal Omella
Benjamín Grau / Ramon Ripoll
Cerca de 600 personas asistieron a la 3ª Vigilia Eucarística del Corpus Christi en San José de la Montaña. El acto, organizado por las capillas de adoración perpetua y el Secretariado diocesano de pastoral con jóvenes, contó con la presencia de los tres obispos auxiliares de Barcelona y del cardenal Juan José Omella.
Se inició la adoración con unas vísperas y unos cantos; después el cardenal llevó a cabo la homilía que se centró en la importancia del cuerpo de Cristo y en san José. «Tenemos que rebajarnos interiormente, ponernos ante Dios y reconocer nuestra pobreza» empezó el cardenal Omella. «La adoración es un momento para alabar, hablar y escuchar a Dios». La figura de san José, tan importante en este año jubilar dedicado a él, también fue protagonista de la Vigilia Eucarística. «San José nos lleva a amar y acoger a su Hijo, a Jesús de Nazaret». El arzobispo de Barcelona puso al padre de Jesús como un ejemplo a seguir. «Todos buscamos medallas y reconocimiento, en cambio san José se retira y desaparece. Dios enaltece a los humildes».
«La Eucaristía es el alimento que nos da la fuerza para ir al cielo»
El cardenal Omella también puso de relieve la importancia del cuerpo de Cristo. «Aquí tenemos el alimento para nuestra vida. La Eucaristía es el alimento que nos da la fuerza para ir al cielo, nos da la fuerza para ser testigos de Jesús. Nos hace apóstoles misioneros, la Eucaristía nos hace hermanos». Finalmente hizo un inciso para habla sobre la reestructuración de parroquias tan comentada últimamente. «Queremos una comunidad más viva, que sea capaz de vivir la fraternidad, ser luz en medio del mundo y anunciar mejor el Evangelio».
Después de la homilía del cardenal Omella, Carmen y Pedro explicaron sus testimonios. Por un lado, Carmen habló de la muerte de su marido el día de san José, que era adorador perpetuo en el Tibidabo. Por otro lado, Pedro, del grupo de jóvenes de Sant Josep, explicó su tarea acompañando a los pobres. La 3ª Vigilia Eucarística estuvo repleta de canciones de alabanza y finalizó con una procesión hasta dentro del templo donde se expuso al Santísimo toda la noche.