Card. Omella: «Si la familia se hunde, se resquebraja el futuro de la vida en esta tierra»

La basílica gaudiniana acoge un año más la celebración con motivo del Día de la Sagrada Familia emitida en directo a todos los hogares

Fotografías: R. Ripoll
Este fin de semana, la basílica de la Sagrada Familia ha acogido la tradicional celebración del Día de la Familia. Ha tenido lugar en una eucaristía presidida por el arzobispo de Barcelona, ​​el cardenal Juan José Omella acompañado de los obispos auxiliares.
A pesar de el vacío en el templo, debido al aforo limitado, el mensaje acerca de la importancia de la familia en el seno de la iglesia llenó de significado la basílica llegando a todos los hogares. De hecho, la misa se retransmitió en directo por la web de la Sagrada Familia y por Radio Estel.

Los ancianos en medio la sociedad

Con la mirada puesta en esta pandemia, el lema de este año, «Los ancianos, tesoro de la Iglesia y la sociedad», nos invita a la proximidad y el acompañamiento afectuoso de las personas mayores que en su vejez siguen siendo ejemplo y merecedores de amor familiar.

La familia: célula básica de toda sociedad

«La familia unida jamás será vencida». Con este dicho tan conocida, sobre todo por los más grandes de la familia, comenzó el cardenal Omella la homilía. Insistiendo en la importancia de los vínculos fraternales, definió la familia como «el pilar básico de la sociedad, es la célula básica de toda sociedad». «Si la familia se hunde, se resquebraja la sociedad, la convivencia, el bienestar, el futuro de la vida en esta tierra».
El Cardenal se detuvo a reflexionar sobre la devoción de San José, a quien el Papa Francisco dedicó la última Carta Apostólica, emitida el pasado 8 de diciembre. «El Papa nos invita a mirar San José – exponía Omella-. ¿Qué podemos aprender de este santo humilde, de este hombre que ejerció la misión de padre del Hijo de Dios hecho hombre? ».

San José, «Padre en la ternura»

Entre las diferentes virtudes que el Papa destaca de San José en el documento, Omella destacó sobre todo la referida a ser «padre en la ternura». Un punto especial para exponer «como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor apiada aquellos que le temen» (Sal 103,13).
Partiendo de este hilo, Omella invitó a las familias presentes a actuar con la misma ternura de Dios con los mismos hijos. Por ello, les aseguró que los hijos, «aprenden la ternura, la compasión, a estimar, experimentando su ternura y su amor». A pesar de la debilidad y el miedo que a veces puede alertar a los padres ante si actúan y educan bien o no los hijos, Omella recordó las palabras del papa Francisco: «San José nos enseña que tener fe en Dios incluye además de creer que él puede actuar, incluso, a través de nuestros miedos, de nuestras fragilidades, de nuestra debilidad, también nos enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de la nuestra barca ».

Oración a San José

Con estas últimas palabras Omella invitó a «orar por nuestra familia y por todas las familias del mundo, poniéndolas bajo la protección de san José».
Finalmente, el arzobispo de Barcelona terminó la homilía con la oración del Papa dedicada a San José:

Salve, custodio del Redentor

y esposo de la Virgen María.

A ti Dios confió a su Hijo,

en ti María depositó su confianza, 

contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José, 

muéstrate padre también a nosotros

y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía,

y defiéndenos de todo mal. Amén.

Durante esta celebración, como ya es tradición, los matrimonios que celebraban los veinte y cinco, cincuenta o más años de boda renovaron las promesas conyugales.

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