Asistencia y servicio social en Sant Andreu de la Barca
El cardenal Omella visita las residencias Sol Ponent y La Immaculada del Organismo Benéfico Asistencial, centros del Arzobispado de Barcelona

El beato Pere Tarrés fundó en la década de los 50 el Organismo Benéfico Antituberculoso, un medio para luchar contra la tuberculosis, entonces muy arraigada en la sociedad. En Sant Andreu de la Barca el cura-médico construyó un sanatorio con las hermanas Hijas de la Caridad para atender a los niños afectados. Una vez erradicada la enfermedad, el organismo pasó a llamarse Organismo Benéfico Asistencial (OBA) para seguir atendiendo y sirviendo a los más necesitados. Actualmente, el organismo del Arzobispado de Barcelona, dirigido por el P. Josep Vidal, cuenta con dos centros en la población del Baix Llobregat: el hogar La Immaculada, para niños de 4 a 14 años, y la residencia Sol Ponent, para personas mayores con plazas reservadas a uso social, para atender a los más vulnerables en la sociedad.
Primera visita del cardenal Omella
Este semana, el arzobispo metropolitano de Barcelona, Card. Juan José Omella, visitó las instalaciones de las dos residencias por primera vez. Allí, pudo conocer de primera mano el servicio especial que ofrece la residencia Sol Ponent a personas que «han estado en la calle», con «ningún tipo de recurso económico» o con «ningún familiar que pueda hacerse cargo», según destaca la directora del centro, Eulàlia Garcia-Milà.
El hogar La Inmaculada, situada a los pies de la residencia Sol Ponent, atiende a 40 niños de diferentes poblaciones de Cataluña. El arzobispo de Barcelona tuvo, también, la oportunidad de visitar las cuatro unidades donde residen los 40 niños repartidos en grupos de diez. «Un método que favorece el clima y la convivencia familiar», explica la educadora social y Hija de la Caridad de Sant Vicenç de Paul, Isabel Bugés, quien trabaja en el centro desde hace más de 18 años.
«Intentamos hacer que la vida sea lo más normalizada posible […] Es una sustitución durante un tiempo del cuidado que los familiares deberían tener en este momento pero no pueden por circunstancias determinadas», explica Bugés. También destaca que muchos, cuando salen, deciden seguir con sus estudios: «tenemos una abogada, un estudiante de integración social y otra que estudia enfermería».
Tras la visita guiada del arzobispo de Barcelona, acompañado por el patronato de la OBA, pequeños y grandes rogaron por el beato Pere Tarrés y comieron un arroz en el jardín donde se ubica su imagen.