Mataró celebra los 250 años de la llegada de las reliquias de «las Santas»
El obispo auxiliar de Barcelona Mons. Javier Vilanova ha presidido la misa que conmemora el martirio de las santas Juliana y Semproniana
Fotografías: Ramon Ripoll
La tradicional misa en memoria de las santas Juliana y Semproniana ha vuelto a emocionar un año más en la basílica de Santa María de Mataró, con la interpretación de la Misa de Gloria del sacerdote Manuel Blanch. Este año se celebra el 250º aniversario de la llegada de las reliquias de las Santas a Mataró. Juliana y Semproniana a partir de este momento se convirtieron en el eje vertebrador de una forma de celebrar de manera colectiva la Fiesta Mayor de la ciudad. La Misa, concelebrada por todas las parroquias de Mataró, ha sido presidida por Mons. Javier Vilanova, obispo auxiliar de Barcelona quién ha asegurado durante la homilía que: «su testimonio -el de Santa Juliana y Semproniana- está lleno del amor de Dios y del amor que han sembrado en su vida. Es por eso que hoy hacemos fiesta, porque las sentimos vivas y nos sentimos amados por ellas. Quien amo no muere nunca, este es el máximo mandamiento de Cristo: vivir con amor».
Al acabar el oficio, el ritual ha continuado con la procesión de las reliquias de las Santas, el baile del águila, el pila de la Colla Castellera Capgrossos de Mataró y el vuelo de palomas impulsada por la Societat Columbòfila Missatgera de Mataró que han podido disfrutar todos los presentes incluido Mons. Vilanova.
Vida y martirio de las santas Juliana y Semproniana
Según el libreto de Sants i Santes número 176 «Juliana y Semproniana, una llama encendida», editado por CPL y escrito por Josep Lligadas: Santa Juliana y Semproniana fueron dos mártires cristianas nacidas en la actual Mataró a finales del siglo III. Las dos chicas eran discípulas de Sant Cugat. En el año 304 lo acompañaron hasta la actual ciudad de Sant Cugat, donde fue decapitado. La persecución de Diocleciano fue realmente, para las comunidades cristianas de todo el imperio, como un terrible incendio.
Siguiendo el modelo del que explican las actas auténticas otros mártires de la época de Diocleciano, se narra que quien era entonces prefecto romano de esta región, Rufino, después de haber hecho decapitar Cugat, se entera que dos chicas discípulas suyas le habían dado sepultura, cosa que las delataba como cristianas. Las llama ante él, y siguiendo la política habitual en estos casos, primero intenta halagarlas y convencerlas de la inutilidad de su fe, y de lo mucho que ganarían si ofrecieran sacrificios a los dioses. Como que ellas no cedían, las empezó a amenazar y después a torturar, hasta que finalmente ordenó su muerte. Desde aquellos momentos y hasta ahora, las santas mártires Juliana y Semproniana forman parte inseparable de la vida y la historia de Mataró.
Las Santas vuelven a Mataró

En el año 1682 en la sesión del 23 de febrero, el Consejo Municipal acuerda solicitar al monasterio de Sant Cugat del Vallès las reliquias de las dos santas, y reitera la petición un par de meses después, el 29 de abril. Y aquel mismo año, se celebra por primera vez un acto de culto dedicado a ellas de carácter privado: según consta al dietario de la comunidad de presbíteros de la parroquia de Santa María, dos devotos pagan respectivamente porque el 26 de julio al atardecer se celebran Completas de las santas Juliana y Semproniana, y el 27 por la mañana Laudes de Sant Cugat. Y así, en los años siguientes, varios particulares van manteniendo este culto no oficial. Hasta que en 1722 la iniciativa acontece colectiva.
En el año 1772, finalmente, y contando con el apoyo del obispo de Barcelona y el capitán general de Cataluña, los mataronenses consiguen que el monasterio de Sant Cugat les conceda parte de las reliquias de las Santas que fueron trasladadas a Santa María.
La llegada de las reliquias disparará definitivamente el culto de las Santas en Mataró. Con el apoyo del clero, de la corporación municipal y de los vecinos de la ciudad, se iniciará ya inmediatamente la celebración anual oficial de la misa y la procesión, la novena, el rezo solemne de laudes, vísperas y completas, y todo tipo otras actos de culto. Y a partir de estos actos religiosos, irán creciendo también las celebraciones populares de todo tipos, de forma que las fiestas de las Santas no tardarán a sustituir la fiesta mayor que hasta entonces se celebraba el 15 de agosto.
Las Santas, patronas de Mataró
El paso siguiente será la declaración de las Santas como patronas de Mataró. El hecho tendrá lugar en 1852, después de un peculiar referéndum celebrado durante el mes de marzo en cada una de las calles de la ciudad, vecindarios del término y comunidades religiosas, y en el que solo hubo dos votos en contra. Y así, el 16 de diciembre tuvo lugar la proclamación del patronazgo por parte de Roma.
La música de las Santas
Las cosas han cambiado mucho, a lo largo de los años. Pero cada 27 de julio, la iglesia de Santa María de Mataró se llena para acoger la Eucaristía cantada con un coro popular que este año tendrá la orquesta y los solistas Marga Cloquell (soprano), Marisa Martins (mezzosoprano), Alberto Canet (tenor) y Toni Marsol (barítono), bajo la dirección de la maestra Clàudia Dubé Oranías. La música de esta misa, tiene autor. Un joven mataronés de 21 años, que estudiaba por capilla y se llamaba Manuel Blanch, la compuso en 1848. Mn. Blanch la denominó «Misa de Gloria». Pero ha quedado tan unida a la fiesta, que ahora todo el mundo la conoce como «la Misa de las Santas».
Tal como recalca Lligadas: «El recuerdo de Juliana y Semproniana tiene, para los cristianos, un profundo sentido de testimonio y estímulo de fe; pero a la vez tiene, para todos un sentido también profundo deseo de vida digna, fiel, valiosa, honestamente compartida».