Una antigua inscripción en su sepultura resume las coordenadas geográficas de su biografía: «Inglaterra lo acogió; Francia lo educó; Colonia, en Alemania, conserva sus restos mortales; en Escocia nació (1266 a Duns, cerca de Edimburgo).» El 1291 es ordenado sacerdote con los franciscanos fue el gran profesor de filosofía y teología en Oxford y París (Doctor subtilis). Se alejó de París cuando, al estallar un grave conflicto entre el rey Felipe IV el Hermoso y el papa Bonifacio VIII, Duns prefirió el exilio voluntario a tener que firmar un documento hostil al Sumo Pontífice, que el rey había exigido firmar los religiosos. Murió el 8 de noviembre de 1308, con sólo 43 años, dejando un número relevante de obras.

El papa Juan Pablo II lo beatificó el 20 de marzo de 1993, definiéndolo como «cantor del Verbo encarnado y defensor de la Inmaculada Concepción». «EI beato Duns Escoto nos enseña que lo esencial en nuestra vida es creer que Dios está cerca de nosotros y nos ama en Jesucristo, y por tanto, cultivar un amor profundo a él y a su Iglesia. Nosotros somos testigos de este amor en esta tierra» (Benedicto XVI).