5 DE ABRIL
San Vicente Ferrer

Día 5 de abril, MIÉRCOLES SANTO: San Vicente Ferrer, presbítero
Nacido en Valencia (1350), este dominico, después de estudiar en las universidades de Lleida, Barcelona y Toulouse, fue el gran predicador de toda la Corona Catalano-aragonesa y otros lugares de Europa. En Salamanca, un día que la gente le preguntaba por los signos del juicio final, les decía: «No hay mejor señal que la misericordia de Dios, que, por medio del pecador que está ante usted, ha obrado hasta ahora más de tres mil milagros». Defendió la unidad de la Iglesia cuando el papa estaba en Aviñón. Muerto en 1419, Calixto III lo canonizó en 1455. En los obispados de Valencia, Orihuela-Alicante, Segorbe-Castellón y en la parte valenciana de la diócesis de Tortosa celebran la fiesta el próximo lunes día 12.
TRIDUUM PASCUAL
El Triduum Pascual se celebra como un solo día: el Viernes con la muerte del Señor, el Sábado con su sepultura, y el Domingo, inaugurado con la solemne Vigilia Pascual, con la resurrección de Cristo y la Nueva Vida. La Eucaristía de estos tres días es única (se quería suprimir incluso la comunión del Viernes): la de la Vigilia Pascual, en la que damos gracias a Dios Padre, porque Cristo, su Hijo, se ha inmolado por nosotros y ha sido resucitado para nuestra salvación. La misa vespertina del Jueves “in cœna Domini” es como el prólogo y el Triduum termina con las Vísperas del Domingo de Resurrección.
Un apunte sobre el Triduum Pascual: Viernes, Sábado, Domingo:
«Fijaos lo sagrados que son, estos tres días que nos hablan de la crucifixión, la sepultura y la resurrección. El primero, representa la cruz y se cumple en la vida presente de cada uno; pero lo que simboliza la sepultura y la resurrección, debemos prepararlo en fe y esperanza» (San Agustín, 332-387, en la comunidad de Cartago).
¿Fue San Ambrosio (↑ 397) quien lo llamó “triduum Sacrum”? con las palabras «et passus est, et requievit, et resurrexit [y sufrió, y descansó, y resucitó]» (Epístola 23).
La Cena vespertina del Jueves Santo sería como el prólogo de este triduum.
Reflexión:
«El Jueves Santo Jesús instituye la Eucaristía, anticipando en la cena pascual su sacrificio en el Gólgota. Para hacer comprender a los discípulos el amor que le anima, les lava los pies, ofreciendo una vez más el ejemplo en primera persona de cómo ellos mismos deben obrar. La Eucaristía es el amor que se sirve. Es la presencia sublime de Cristo que quiere alimentar a todos los hombres, especialmente a los más débiles. No sólo eso: dándose a nosotros como comida, Jesús enseña que debemos aprender a compartir con los demás este alimento para que se convierta en una verdadera comunión de vida» (Papa Francisco, Homilía 23.03.16).
1. San Vicente Ferrer, presbítero de la orden de los Predicadores. De origen evalenciano, recorrió incansablemente ciudades y caminos de Occidente, solicitado por la paz y la unidad de la Iglesia. Predicó en muchos pueblos el Evangelio de la penitencia y la venida del Señor, hasta que en Vannes, de la Bretaña Menor, Francia, entregó su espíritu a Dios (1419).
2. Santa Irene, virgen y mártir. Por haber escondido los libros sagrados en contra de la prohibición del emperador Diocleciano, fue conducida a un burdel público y después quemada por orden del prefecto Dolcecio, bajo el que sus hermanas, Ágape y Cionia, también habían sufrido juntas poco antes . En Salónica, Macedonia (204).
3. Santa Ferbuta, viuda, hermana de san Simeón, obispo. Junto a su acompañante, fue martirizada en tiempos del rey Sapor II. En Seleucia, Persia (c. 342).
4. Conmemoración de ciento once hombres y nueve mujeres, mártires, que, procedentes de varias ciudades regias, por haber rehusado firmemente renegar de Cristo y adorar el fuego, por mandato del mismo rey fueron quemados vivos. En Seleucia, Persia (344).
5. Pasión de los santos mártires que, en la persecución bajo Genserico, rey arriano, recibieron la muerte en la iglesia el día de Pascua. Entre ellos, lanzaron una flecha a la garganta del lector, mientras cantaba el “Aleluya” en el trona. En Regie, Mauritania (s. V).
6. San Geraldo, abad. Desde el monasterio de Corbie fue elegido abad de Laon, pero más adelante, después de varias peregrinaciones, se retiró a la espesura del bosque, donde fundó su monasterio. En el monasterio de Grande-Sauve, Aquitania (1095).
7. San Alberto, obispo, que dedicó su vida a la oración continua ya buscar el bien de los pobres. En Montecorvino, en la Apulia (1127).
8. Santa Juliana, virgen de la orden de San Agustín, que fue priora de Mont-Comillon, junto a Lieja. Llevó una vida recluida, en la que, fortalecida con especiales gracias, promovió la solemnidad del Cuerpo de Cristo. En Fosses, Brabante (1258).
9. Santa Catalina Tomás, virgen. Ingresó en la orden de Canongeses Regulares de San Agustín, destacó por su humildad y la abnegación de la voluntad. En la ciudad de Palma, en la isla de Mallorca (1574).
10. Beata Maria Crescencia (Anna) Höss, virgen. Ingresó en la Tercera Orden de San Francisco y procuró comunicar a los demás el fervor del Espíritu Santo, con el que ella misma ardía. En Kaufbeuren, junto al río Iller, en Baviera (1744).
► “Cuando el cuco no ha venido a primeros de abril, está cojo o está manco, o está en día de venir”.