31 DE MAYO

Visitación de la Bienaventurada Virgen María

La fiesta, de origen franciscano (antes de 1263), situada entre los tres meses que separan la Anunciación del Señor y el Nacimiento de Juan Bautista, es todo un símbolo: María que lleva al Mesías se encuentra con Isabel que lleva el Precursor: «María es nuestro modelo: ha recibido el don más preciado de Dios y se pone en camino para llevar a Jesús» (Papa Francisco).

HISTORIA DE LA FIESTA

473: Dedicación festiva el 2 de julio de un santuario en Constantinopla de la «deposición del manto de la santa Señora y madre de Dios en Blanquerna», en un sepulcro de madera traído de Jerusalén, que, según la tradición, era el auténtico en el que el cuerpo de María había reposado. La reliquia era venerada en la iglesia del barrio «de las Blanquernas».
Siglo VI: Origen en la liturgia romana en función de la preparación de la Navidad.
1263: Ya antes de esa fecha los franciscanos celebraban la fiesta de la Visitación de María.
1389: El papa Urbano VI (1.378-1.389) la quiere extender a toda la Iglesia latina, fijándola el 2 de julio, para celebrar el fin del gran cisma de Occidente (consumado en 1378 entre el papa Urbano VI y el antipapa Clemente VII en Aviñón).
1389: Muerto el papa Urbano VI, es su sucesor Bonifacio IX quien promulga el decreto.
1441, 1 de julio: Después del Cisma, el sínodo de Basilea confirma la celebración universal. Antes no había sido posible porque los Estados partidarios de los antipapas no habían reconocido la fiesta.
1965: En la reforma después del Concilio Vaticano II, la fiesta se traslada al 31 de mayo (antes el 2 de julio, octava del nacimiento del precursor) para que se celebre entre la Anunciación (25 de marzo) y la Natividad de Juan Bautista (24 de junio), y así se adapte mejor a la narración evangélica.

 

1. Fiesta de la Visitación de la bienaventurada Virgen, cuando fue a ver a su prima Isabel, que estaba embarazada de un hijo en su vejez, y la saludó. Al encontrarse con alegría a las dos futuras madres, el Redentor que venía al mundo santificó a su precursor, que todavía se encontraba en el seno de Isabel. María respondió al saludo de Isabel, y exultante de gozo en el Espíritu Santo, glorificó a Dios con el cántico de alabanza del Magnificado.

2. Santa Petronila, virgen y mártir. En Roma, en el cementerio de Domitila, en la vía Ardeatina (fecha incierta).

3. San Hermias, soldado y mártir. Junto a Comana, en el Ponto (s. III).

4. Santos Cancio, Canciano y Cancianila, mártires. Fueron apresados por el perseguidor cuando escapaban de la ciudad en un carro, y finalmente fueron ajusticiados. En Aquilea, en la región de Venecia (s. IV).

5. San Silvio, obispo. Empezó la construcción de una basílica para acoger dignamente el sepulcro de san Saturnino. En Toulouse, en la Galia Narbonesa (~ 400).

6. Beato Jacobo Salomoni, presbítero. De adolescente, fallecido su padre e ingresada su madre en las monjas cistercienses, distribuyó sus bienes entre los pobres y entró en la orden de los Predicadores, donde resplandeció durante cuarenta y cinco años dotado de insignes carismas y como amigo de los pobres y hombre pacífico. En Forlí, en la región de Emilia (1314).

7. Beata Bautista (Camila) Varano, abadesa del monasterio de clarisas fundado por su propio padre, donde experimentó grandes tribulaciones, pero también consolaciones místicas. En Camerino, del Picè, Italia (1524).

8. Beatos Roberto Thorpe, presbítero, y Tomás Watkinson, mártires. Fueron condenados a muerte en tiempos de la reina Isabel I, el primero por ser sacerdote y el segundo, padre de familia de edad avanzada, por haber prestado muchas veces ayuda a los sacerdotes. Recibieron al mismo tiempo la corona del martirio en el patíbulo. En York, Inglaterra (1591).

9. Beato Nicolás Barré, presbítero. Fue maestro de teología y célebre director de almas en el espíritu del Evangelio, fundó por toda Francia las Escuelas Cristianas y de Caridad, así como las Hermanas Maestros del Niño Jesús, para la educación gratuita de niños pobres . En París, Francia (1686).

10. Beato Félix (Jaume) Amoroso, religioso. Después de haber sido rechazado durante diez años, finalmente ingresó en la orden de los Hermanos Menores Capuchinos, donde ejerció humildísimos oficios con sencillez e inocencia de corazón. En Nicosia, en Sicilia (1787).

11. Beato Mariano de Roccacasale (Domingo) Di Nicolantonio, religioso de la orden de los Hermanos Menores. Cumpliendo el oficio de portero, abrió la puerta del convento a los pobres y peregrinos, a los que atendió en todo con mucha caridad. En el pueblo de Bellegra, en la comarca romana (1886).

12. San Noé Mawaggali, mártir. Siendo servidor del rey, iniciada la persecución rehusó impávido emprender la fuga. Ofreció voluntariamente su pecho a las lanzas de los soldados, que le atravesaron estando colgado de un árbol, hasta que entregó el espíritu por Cristo. En la localidad de Mityana, Uganda (1886).

 

► “Hasta el cuarenta de mayo no te quites el sayo”.

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