3 DE MARZO
San Medir

Día 3 de marzo, viernes: Sant Medir, campesino
► La vida tradicional: En los primeros siglos de la Iglesia, tiempo de persecuciones, los cristianos de nuestras primeras comunidades debieron sufrir de verdad, ante un imperio romano opresor. Sin embargo, los primeros testimonios nos hablan de gran confianza en Dios, en los ministros de la Iglesia, y en una fe que hacía milagros. Es el caso de Sant Medir (“defensor”), campesino de Sant Cugat, que la tradición nos dice que sembraba habas junto al camino que venía de Barcelona. Aquella mañana reconoció al fugitivo obispo Severo que le rogó que si los perseguidores le pedían algo que les respondiera con la verdad. Cuando el obispo se fue, las habas brotaron y florecieron de golpe. Al cabo de un rato, unos soldados le preguntaron por el obispo y el campesino dijo que había pasado por allí cuando sembraba las habas. Los soldados, que no estaban de humor, ejecutaron a Medir en la actual Sant Cugat.
► La fiesta: En 1828 el panadero Josep Vidal i Granés, de la calle Gran de Gràcia, hizo la promesa en Sant Medir que si se curaba de una grave enfermedad, cada año peregrinaría a la ermita del santo el día de su fiesta. En pocos años aquella peregrinación se convirtió en una romería en la que participaban muchos grupos del barrio y más tarde se añadieron grupos de Sarrià, de Sants y de Sant Gervasi. Tiene un vitral sobre la primera capilla junto al Evangelio de la catedral de Barcelona.
2. Santos Marino, soldado, y Asteri, senador, mártires bajo el emperador Galeno. El primero fue denunciado como cristiano por un compañero envidioso, profesó su fe ante el juez con palabras muy claras y, decapitado, logró la corona del martirio. Asteri, por haber honrado el cuerpo del mártir extendiendo por debajo de su propio vestido con el que se cubría, mereció, a su vez, ser martirizado. En Cesarea de Palestina (c. 260).
3. Santos Emeterio y Celdonio, quienes, mientras cumplían la milicia en los campamentos junto a León, en la provincia de Galicia, para confesar el nombre de Cristo al inicio de la persecución fueron conducidos a Calahorra, donde fueron coronados con el martirio. En Calahorra, en la Hispania Tarraconense (c. s. IV).
4. Santos Cleónico y Eutropio, mártires en la persecución del emperador Maximiano, siendo procurador Asclepiódoto. En Amasia, en el Puente, Turquía (s. IV).
5. San Ticiano, obispo. En Brescia, en la región de Venecia (c. 526).
6. San Winwaleo, primer abad de Landévennec. La tradición narra que era discípulo de san Budoc en la isla de Lavret y que con su vida ilustró la regla monástica. En la península de Armórica (Bretaña) (533).
7*. Santa Artelaides, virgen. En Benevento, en la Campania (c. 570).
8*. San Anselmo, fundador y primer abad de este monasterio, en el que durante cincuenta años promovió la disciplina monástica, tanto con sus preceptos como en el ejercicio de las virtudes. En Nonantola, en Emilia (803).
9. Santa Cunegunda, que aportó muchos beneficios a la Iglesia junto con su cónyuge, el emperador san Enrique. Tras la muerte de éste abrazó la vida cenobítica en el monasterio donde se había retirado. Al morir hizo a Cristo heredero de todos sus bienes y su cuerpo fue colocado junto a los restos de san Enrique, en Bamberg. En el monasterio de Kaufungen, en Hesse, Alemania (1033/1039).
10*. Beato Federico, presbítero, que siendo párroco en la ciudad de Hallum, llegó a ser después abad del monasterio de Mariéngaarde, de la orden premonstratense. En Frisia (1175).
11*. Beato Pedro Geremia, presbítero de la orden de los Predicadores, que, confirmado por san Vicente Ferrer en el ministerio de la palabra de Dios, se entregó del todo a la salvación de las almas. En Palermo, Sicilia (1452).
12*. Beato Jacobino de Canepacci, religioso de la orden de los Carmelitas, ilustre por su dedicación a la oración ya la penitencia. En Vercelli, en Piamonte (1508).
13*. Beatos Liberato Weiss, Samuel Marzorati y Miguel Pío Fasoli da Zerbo, presbíteros, de la orden de los Hermanos Menores y mártires, que murieron lapidados a causa de la fe católica. En Gondar, Etiopía (1716).
14*. Beato Pedro Renato Rogue, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir. En tiempos de la Revolución Francesa rechazó el injusto juramento impuesto al clero, permaneció secretamente en la ciudad, para atender con su ministerio a los fieles, y finalmente, condenado a la pena capital, descansó en la misericordia del Señor en la misma iglesia en la que celebraba los sagrados misterios. En Vannes, de la Bretaña Menor, Francia (1796).
15. Santa Teresa Eustoquio (Ignasia) Verzeri, virgen, fundadora del instituto de las Hijas del Sacratísimo Corazón de Jesús. En Brescia, en Lombardía (1852).
16*. Beato Inocencio de Berzo (Juan) Scalvinoni, presbítero de la orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que brilló por su eximía caridad difundiendo la palabra de Dios y escuchando las confesiones. En Bérgamo, en la Lombardía italiana (1890).
17. Santa Catalina Drexel, virgen, que fundó la Congregación de las Hermanas del Santísimo Sacramento y utilizó los bienes de su herencia con largura y benignidad para educar y ayudar a indios y negros. En Filadelfia, del estado de Pensilvania, EE.UU. (1955).
► “Cuando en marzo oigas tronar, ponle puntales a tu pajar”.