3 DE JUNIO

San Carlos Luanga y compañeros, mártires

En el santoral de hoy contemplamos muchas palmas martiriales, pero esta vez en Uganda, donde Carlos Luanga y sus compañeros fueron torturados cruelmente y quemados vivos en una persecución contra los cristianos (católicos, pero también anglicanos), que tuvo lugar entre 1885 y en 1887. Muchos de ellos eran altos funcionarios de la corte y dieron un valiente testigo de Jesucristo orando por sus verdugos y perdonándoles: «Cuando habrá comprendido la religión como nosotros, vosotros también la abrazarás». Canonizados solemnemente durante el Concilio Vaticano II (1964), Carlos ya era el patrón de la Acción Católica y de la juventud africana desde 1934.

1. Memoria de los santos Carlos Lwanga y doce compañeros. Todos ellos de edades comprendidas entre los catorce y los treinta años, miembros de la corte de jóvenes nobles o del cuerpo de guardia del rey Mwanga. Neófitos o seguidores de la fe católica, por no ceder a los deseosos impuros del monarca murieron en la colina de Namugongo, degollados o quemados vivos (1886).

2. San Cecilio, presbítero. Convirtió a san Cipriano a la fe en Cristo. En Cartago (s. III).

3. San Hilario. Considerado primer obispo de esa ciudad, en el tiempo en que los vasos difundieron la herejía arriana. En Carcasonne, en la Galia Narbonesa (s. IV).

4. Santa Clotilde, reina. Por sus oraciones, su esposo, Clodovoz, rey de los francos, abrazó la fe cristiana, y cuando enviudó se retiró a la basílica de San Martín, deseando no ser considerada como reina sino como sierva de Dios. En Tours, en la Galia Celta (545).

5. San Lifardo, presbítero. Llevó vida solitaria en ese lugar. En Meung-sur-Loire, en el territorio de Orleans, en la Galia (550).

6. Santa Oliva, virgen. En Anagni, de la Campania (s. VI/VII).

7. San Coemgeno (Kevin), abad. Fundó este monasterio en el que vivieron muchos monjes, de los que fue padre y guía. En Glandaloch, en Hibernia (ahora Irlanda) (622).

8. San Genesio, obispo de Clermont. Fundó en Manglieu un monasterio con un hospicio, en cuya iglesia recibió sepultura. En Auvernia, Aquitania (~ 650).

9. San Isaac, mártir. Era monje. En tiempos de la dominación musulmana, llevado por un impulso no humano sino divino, salió del monasterio de Tábanos para presentarse ante el juez y hablar sobre la verdadera religión; por esa razón fue decapitado. En Córdoba, en la provincia hispánica de Andalucía (851).

10. San Davino. Armenio de nacimiento, vendió todos sus haberes para ser peregrino por Cristo. Visitó los Santos Sitios y los sepulcros de los apóstoles, hasta que cayó enfermo y descansó en el Señor. En la ciudad de Lucca, en la Toscana (1051).

11. San Morando, monje. Oriundo de Renania, cuando era presbítero peregrinó a Compostela y cuando regresó entró en el monasterio de Cluny, donde más adelante fundó el cenobio donde terminó su santa vida. En el pequeño pueblo de Altkirch, en la región de Basilea, entre los helvecios (~ 1115).

12. Beato Andrés Caccioli. Cuando era presbítero entró en la orden de los Hermanos Menores, donde recibió el hábito de manos de san Francisco, al que asistió al lecho de muerte. En Spello, Umbría (1254).

13. San Cono, monje. Con la protección de Dios, llegó a la perfección de las virtudes mediante la observancia monástica y la inocencia de vida. Murió cuando todavía era joven. En el cenobio de Santa María de Cardossa, en Lucania (s. XIII).

14. Beato Francisco Ingleby, presbítero y mártir. Alumno del Colegio de los Ingleses de Reims. Por haber ejercido el sacerdocio en su patria fue condenado a muerte durante el reinado de Isabel I. En York, Inglaterra (1580).

15. San Juan Grande, religioso de la orden de San Juan de Dios. Insigne por su dedicación hacia los cautivos, abandonados y rechazados. Cuando cuidaba de los apestados durante una epidemia, murió por haberse contagiado. En la ciudad de Jerez, en la región española de Andalucía (1600).

16. Beato Carlos Renato Collas du Bignon, presbítero de la Sociedad de San Sulpicio y mártir, párroco del Seminario Menor de Bourges. Durante la Revolución Francesa, por ser sacerdote, fue encarcelado en una nave-prisión. Murió a consecuencia de la enfermedad que contrajo. En el brazo de mar frente al puerto de Rochefort, en Francia (1794).

17. San Pedro Dong, mártir, padre de familia. Prefirió sufrir crueles torturas antes que pisar la cruz. Hizo que en el frente le escribieran las palabras «verdadera religión» en lugar de «falsa religión», como se pretendía. Fue degollado en tiempos del emperador Ti-Duc. En la ciudad de Au Thi, en el Tonkín (1862).

18. Beato Diego (José) Oddi, religioso de la orden de los Hermanos Menores, exima por su vida de oración y simplicidad. En la localidad de Bellegra, en los alrededores de Roma (1919).

19. Beato Juan XXIII, papa. Su vida y su actividad estuvieron llenas de una singular humanidad y se esforzó en manifestar la caridad cristiana hacia todos, trabajando por la unión fraterna de los pueblos. Solicito por la eficacia pastoral de la Iglesia de Cristo en toda la tierra, convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II. En Roma (1963).

 

Si junio viene solano, se va el fruto de las manos.

Si junio viene solano, se va el fruto de las manos.