24 DE OCTUBRE

San Antonio María Claret, obispo

De pequeño solo tenía una obsesión: ser fabricante de tejidos, como su padre. Pero bien pronto la cambió por otra: ser apóstol para esparcir la Palabra de Dios sirviéndose de todos los medios posibles. Como que no llegaba en todas partes, y la gente «tenía hambre de la Palabra de Dios», fundó los «claretianos» (Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María). Había nacido en Sallent (1807), fue arzobispo de Cuba y confesor de la reina Isabel II. Murió al monasterio cisterciense de Fontfreda (1870), cerca de Narbona. Canonizado el 1950. Claret tiene una estatua a la nave izquierda de la catedral de Barcelona.

«Octubre lluvioso, año copioso»: En época de sementera el agua es bienvenida

«Octubre lluvioso, año copioso»: En época de sementera el agua es bienvenida