2 DE JUNIO
San Marcelino y San Pedro, mártires

Su martirio, bajo Diocleciano (303), es atestiguado por el papa Damas, que lo había sabido de labios del mismo verdugo. Marcelino era presbítero y Pedro exorcista. Les obligaron a cavar su propia tumba, en un bosque escondido, para que no se encontraran sus cuerpos, decapitados. Más tarde se encontraron sus restos que se trasladaron al lugar donde el papa Siricio (384-399) hizo construir una basílica a su nombre.
1. Santos mártires Marcelino, presbítero, y Pedro, exorcista. El papa san Damas explica que, en la persecución de Diocleciano, fueron condenados a muerte, y conducidos al lugar del suplicio, que estaba lleno de setos, fueron obligados a cavarse la propia fosa para que sus cuerpos quedaran escondidos. Fueron degollados y enterrados. Pero una piadosa mujer llamada Lucila trasladó sus restos a Roma, en la vía Labicana, al cementerio llamado ad Duas Lauros (~ 304).
2. Santos mártires Potino, obispo, y Blandina, junto con cuarenta y seis compañeros. La carta de la Iglesia de Lyon a las Iglesias de Asia y Frígia explica con detalle su valeroso y repetido certamen, en tiempos del emperador Marco Aurelio. El obispo Potí, de noventa años, al poco tiempo de ser encarcelado murió. Otros también murieron en prisión, mientras que los restantes fueron expuestos como espectáculo en el anfiteatro, frente a miles de personas, donde los que eran ciudadanos romanos fueron degollados y los otros entregados a las fieras. Finalmente Blandina, reservada para un combate más cruel y prolongado, tras alentar a sus compañeros les siguió al ser degollada. En Lyon, en la Galia (177).
3. San Erasmo, obispo y mártir. En Formia, de la Campania (~ 303).
4. San Eugenio I, papa, que fue el sucesor de san Martín, mártir. En Roma, en la basílica de San Pedro (657).
5. Muerte de san Nicéforo, obispo de Constantinopla. Propugnador acérrimo de las tradiciones paternas, se opuso con decisión al emperador iconoclasta León el Armenia, defendiendo el culto de las sagradas imágenes. Expulsado de su sede y encerrado mucho tiempo en un monasterio, entregó su alma a Dios. En el Bósforo, en la Propóntida (629).
6. San Guido, obispo. En Acqui, de Piamonte (1070).
7. San Nicolás, peregrino. Natural de Grecia, recorría toda la región llevando un santocristo en la mano y repitiendo incesantemente: «Señor, ten piedad». En Trani, de la Apulia (1094).
8. Beatos Sadoc, presbítero, y sus compañeros de la orden de los Predicadores, mártires. Según la tradición, fueron víctimas de los tártaros mientras cantaban la Salve Regina, saludando al final de su existencia a la Madre de la Vida. En Sandomierz, junto al río Vístula, en Polonia (1260).
9. San Domingo Ninh, mártir. Era un joven agricultor que, por no querer pisar la cruz, fue degollado en tiempos del emperador Tu-Duc. En la ciudad de Au Thi, en el Tonkín (1862).
10. San Dictino, obispo. Defendió con firmeza la sana doctrina cristiana. En la ciudad de Astorga, en Hispania (s. V).
11. Memoria de los santos Germán, Paulino, Justo y Sicio, mártires. En la ciudad de Girona, en la Hispania Tarraconense (fecha incierta).
12. Memoria de san Juan, presbítero. Después de haber visitado los Santos Sitios de Jerusalén, dedicó su vida a atender a los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela. En la localidad de Ortega, en la región de Burgos (1163).
Si llueve a primeros de junio, el buen tiempo está lejos.