18 DE ABRIL
Beato Román Archutowski, presbítero y mártir

Día 18 de abril, Martes de la II semana de Pascua: Beato Romano Archutowski, presbítero y mártir
Nat Karolin (Polonia) en 1882 de una familia acomodada. Después de estudiar en Varsovia, se ordena de presbítero (1904). Se dedicó a tareas pedagógicas, siendo prefecto de escuelas y director de un instituto, publicando libros y artículos. Nombrado canónigo recibió la cruz ‘Pro Ecclesia et Pontifice’. Director del seminario durante la ocupación alemana, fue arrestado y conducido al campo de concentración de Majdanek, donde murió a consecuencia de las privaciones y miserias, el 18 de abril de 1943. Beatificado el 13 de junio de 1999.
1. Santos Hermógenes y Elpidio, mártires. En Malatya, Armenia (fecha incierta).
2. San Pusicio, mártir, prefecto de los artesanos del rey Sapor II. Por haber confortado el vacilante presbítero Ananies fue herido en el cuello y murió el Sábado Santo, ocupando así un lugar insigne en el grupo de mártires sacrificados después de san Simeón. En Persia (341).
3. San Eusebio, obispo. Acompañó al papa san Juan I en el viaje a Constantinopla impuesto por el rey Teodorico y cuando regresaron, le siguió también en prisión. En Fano, del Picè, Italia (c. 526).
4. San Laisren o Molasio, abad. Extendió pacíficamente a la isla la celebración de la Pascua, según costumbre romana. En Leighlin, Irlanda (638).
5. San Ursmaro, obispo y abad. Propagó la Regla de san Benito y llevó al pueblo a la fe cristiana. En el cenobio de Lobbes, en Henao (713).
6. Santa Antusa, virgen. Era hija del emperador Constantino Coprónimo. Se dedicó a ayudar a los pobres, a redimir siervos, a reparar iglesias ya edificar monasterios. Recibió el hábito monástico de manos del obispo san Tarasio. En Constantinopla (s. VIII ej.).
7. Santa Atanasia, viuda. Hizo vida solitaria y fue también hegúmena, ilustre por sus virtudes y observancia monástica. En la isla de Egina, Grecia (s. IX).
8. San Juan Isauro, monje, discípulo de san Gregorio Decapolita. En tiempos del emperador León el Armenia luchó con valentía defendiendo las santas imágenes. En la isla de Egina, Grecia (después de 842).
9. San Perfecto, presbítero y mártir. Fue encarcelado y después degollado por los sarracenos, por haber combatido la doctrina de Mahoma y confesado con firmeza su fe en Cristo. En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía (850).
10. Beato Idesbaldo, abad. Tras perder a su mujer, sirvió durante treinta años en la corte de los condes de Flandes y, ya maduro, ingresó en el monasterio de Dune, del que fue tercer abad durante doce años. En Brujas, Flandes (1167).
11. San Galdino, obispo. Trabajó en la restauración de la ciudad destruida por la guerra y entregó a Dios su alma después de un sermón contra los herejes. En Milán, Lombardía (1176).
12. Beato Andrés, presbítero de la orden de Ermitaños de San Agustín, que se dedicó a predicar por Italia y Francia. En Montereale, en los Abruzos (1479).
13. Beato Andrés Hibernón, religioso de la orden de los Hermanos Menores. De joven, fue expoliado por los ladrones y después cultivó con ahínco la pobreza. En la ciudad de Gandia, en la Comunidad Valenciana (1602).
14. Beata María de la Encarnación (Bárbara) Avrillot. Madre de familia ejemplar y mujer sumamente devota, introdujo el Carmelo en Francia y fundó cinco monasterios. Cuando murió su esposo, abrazó la vida religiosa. En Pontoise, cerca de París (1618).
15. Beato José Moreau, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa fue degollado un Viernes Santo en odio a la fe cristiana. En Anjou, Francia (1794).
16. Beata Sabina Petrilli, virgen. Fundó la Congregación de Hermanas de Santa Catalina de Siena, para la ayuda de jóvenes desamparadas y pobres. En Siena, de la Toscana (1923).
17. Beato Romano Archutowski, presbítero y mártir. Encarcelado por ser cristiano, fue torturado por los soldados y, consumido por el hambre y la enfermedad, pasó a la gloria eterna. En la localidad de Majdanek, cerca de Lublin, Polonia (1943).
► “Un abril del todo bueno, los antepasados no lo conocieron”.
► “Un abril del todo bueno, los antepasados no lo conocieron”.