11 DE MAYO

San Poncio, mártir

«Mujeres, lechugas tiernas, fresas, miel, ajedrea, tomillo y espliego; ¡por las sangres, compráis las buenas hierbas!». Esto gritaban los vocingleros en tiempos pasados por las calles de Barcelona en esta fiesta de San Ponç (o Poní). La tradición lo hace mártir el 258 en Cimiez (Niza) y el Costumari de l’Amades lo hace venir en la ciudad para curar los males a base de hierbas.

Venerado en la capilla del Hospital de la Santa Creu ha acontecido tan popular entre los herbolarios catalanes que ha dado nombre a una hierba: Poni-ol (o Ramo de Sant *Ponç) o el castellano ‘*poleo’ (de Menta pulegium). «Dios dijo todavía: “Mirad, os doy todas las hierbas que hacen semilla en todo la tierra y todos los árboles que dan fruto con su semilla, porque sean vuestro alimento”» (Gn 1,29).

También celebramos la fiesta de San Anastasio, mártir.

La iconografía nos lo presenta vestido de soldado romano, con espada y la palma del martirio. La tradición lo hace nacer en Lleida en 263, de familia pagana, y ya soldado, es martirizado en Badalona en 305 por ser cristiano. La historia nos dice que en 1627, los paers de Lleida con el obispo, hacen «voto» de celebrar su fiesta anual. Y es en 1635 cuando se inicia oficialmente el culto en Badalona. Ambas ciudades celebran la fiesta mayor por san Anastasio: «el que tiene fuerza para resucitar».

Aunque veas el sol de mayo, no te quites el sayo.

Aunque veas el sol de mayo, no te quites el sayo.