1 DE JUNIO
San Justino, mártir

Debían de ser suficientemente importantes los gestos que hizo Jesús durante la cena con los discípulos poco antes de su pasión, que fueron recordados más adelante por el Apóstol Pablo en su comunidad de Corinto: «Sí, cada vez que coméis este pan y beber esta copa, anunciar la muerte del Señor hasta que vendrá» (1Cor 11, 26). La Iglesia, que nos los recuerda cada Jueves Santo, quiere que no los olvidemos y los volvamos a celebrar, hoy, en este jueves después de las celebraciones pascuales: en cada eucaristía ‘celebramos la muerte del Señor hasta que vuelva’. Fruto de las encíclicas “Ad catolici sacerdoti” (Pius XI, 1935) y “Mediator Dei” (Pius XII, 1947), la celebración de esta fiesta se inició en Madrid y en Salamanca. En 1973 fue introducida en la liturgia hispana.
1. Memoria de san Justino, mártir. Era filósofo y, como tal, siguió íntegramente la auténtica sabiduría conocida en la verdad de Cristo, quien confirmó con sus costumbres, enseñando lo que afirmaba y defendiéndola con sus escritos. Tras presentar al emperador Marco Aurelio, en Roma, su Apología en favor de la religión cristiana, fue conducido ante el prefecto Rústico y, por confesar que era cristiano, fue condenado a la pena capital (~ 165).
2. Santos Caritón y Cariti, Evelpisto y Jeracio, Peón y Liberiano, mártires. Fueron discípulos de san Justino y, junto a él, recibieron la corona eterna. En Roma (~ 165).
3. Santos mártires Amón, Zenón, Ptolomeo e Ingenuo, soldados, y Teófilo, anciano. Encontrándose presentes en el tribunal, cuando se dieron cuenta de que uno de los cristianos que era martirizado flaqueaba y estaba a punto de acercar, con el rostro, la mirada y los gestos intentaron animarle, y al ser objeto de protestas por parte del pueblo, se adelantaron confesándose cristianos y, por medio de su victoria, Cristo, que les infundió constancia, triunfó gloriosamente. En Alejandría, Egipto (249).
4. Santos mártires Isquirión, oficial del ejército, junto con otros cinco soldados, que bajo el prefecto Arri y en tiempos del emperador Decio, por su fe en Cristo fueron muertos de diversas maneras. En Licópolis, Egipto (~ 250).
5. San Próculo, mártir. Por su fe cristiana fue crucificado. En Bolonia, ciudad de Emilia (~ 300).
6. San Fortunato, presbítero. Se dice que, siendo pobre, con su trabajo constante ayudó a los desvalidos, y que entregó su vida en favor de los hermanos. En Montefalco, en Umbría (s. IV/V).
7. San Caprasio, solitario. Junto con san Honorato, se retiró allí e inició la vida monástica. En la isla de Lerins, en la Provenza (430).
8. San Floro, que dio nombre al monasterio que se edificó sobre su tumba, así como a la ciudad ya la sede episcopal. En Auvernia, Aquitania (fecha incierta).
9. San Ronón, obispo. Oriundo de Hibernia (actualmente Irlanda), vivió como un solitario en los bosques de la región. En Bretaña Menor (~ s. VIII).
10. San Wigstan, mártir. Pertenecía a la estirpe real de Mercia y, por oponerse al matrimonio incestuoso de su madre, fue asesinado por la espada del tirano. En la región de Leicester, Inglaterra (849).
11. San Simeón. Nacido de padre griego en Siracusa, después de llevar vida eremítica a Belén y al monte Sinaí, finalmente se recluyó en la torre de la Puerta Negra de esta ciudad, donde murió. En Tréveris, de la Renania, Lotaríngia (1035).
12. San Eneko (o Ignacio), abad, hombre pacífico. Su muerte fue llorada también por judíos y musulmanes. En el monasterio de Ona, en el territorio de Burgos, de la región de Castilla, en Hispania (~ 1060).
13. Beato Teobaldo. Por amor a la pobreza dio todo su dinero para socorrer a una viuda y, cuando trabajaba como bastaix, por humildad llevó las cargas de los demás. En la ciudad de Alba, en el Piamonte (1150).
14. Beato Juan Pelingotto, de la Tercera Orden de San Francisco. Era comerciante y procuraba favorecer más a los demás que a sí mismo. Vivía recluido en una celda y sólo salía para atender a los pobres y enfermos. En Urbino, del Picè, Italia (1304).
15. Beato Juan Storey, mártir, hombre de leyes y fidelísimo en el Pontífice Romano. Tras haber sido encarcelado y exiliado, por su fe católica fue condenado a muerte y colgado en Tyburn, consiguiendo así los goces eternos. En Londres, Inglaterra (1571).
16. Beatos mártires Alfonso Navarrete, de la orden de los Predicadores, Fernando de San José de Ayala, de la orden de Ermitaños de San Agustín, y León Tanaka, religioso de la Compañía de Jesús. Fueron degollados a causa de la fe cristiana, por decisión del supremo mandatario Hideta. En Ómura, Japón (1617).
17. Beato Juan Bautista Vernoy de Montjournal, presbítero y mártir. Era canónigo de Moulins y por ser sacerdote fue encarcelado. Murió a consecuencia de la enfermedad que contrajo en prisión. En una nave-prisión anclada ante el puerto de Rochefort, Francia (1794).
18. San José Tuc, mártir. Era un joven campesino que se negó a pisar la cruz, por lo que le encarcelaron y martirizaron varias veces, hasta que en tiempos del emperador Tu-Duc fue
degollado. En la ciudad de Hung Yén, Tonkín (1862).
19. Beato Juan Bautista Scalabrini, obispo. Trabajó incansable por el bien de su iglesia y mostró un especial interés por los sacerdotes, agricultores y obreros. En favor de los emigrantes en los países de América fundó dos Pies Sociedades del Sagrat Cor. En Piacenza, Italia (1905).
20. Beato Aníbal Maria di Francia, presbítero. Fundó la Congregación de los Rogacionistas del Corazón de Jesús y las Hijas del Divino Celo, para orar al Señor para que diera santos sacerdotes a su Iglesia. En Messina, de Sicilia, Italia (1927).
Lluvia en el primero de junio vale más que yunta, carro y yugo.