NOTA DE PRENSA
En la misa para el congreso de las Hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes habló sobre todo del respeto a la vida de las personas con discapacidades
El cardenal de Barcelona, Dr. Lluís Martínez Sistach, en la misa que celebró el pasado sábado en la catedral para los participantes en el congreso de las Hospitalidades de Nuestra Señora de Lourdes de toda España hizo una defensa del derecho a la vida, con una especial referencia a los seres concebidos y todavía no nacidos.
El cardenal invitó a todos los presentes a la celebración a unirse a las intenciones del Santo Padre que en Roma promovió aquel día una vigilia de oración por la defensa de la vida naciente, y subrayó que era un deber de todos respetar el derecho a la vida, el primero de todos los derechos humanos. “Hemos de pedir a Dios que la vida humana sea respetada desde su concepción hasta su fin natural”.
El cardenal Martínez Sistach citó el texto del Evangelio que recoge estas palabras de Jesús: “Todo lo que hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, me lo hicisteis a mi”, y añadió que “estos seres concebidos con discapacidades son también los más débiles e inocentes de la sociedad y han de ser protegidos por las leyes, que así demuestran la verdadera dimensión humana de una sociedad”.
“La Iglesia ha de ser defensora del derecho a la vida en todo momento –dijo también el cardenal- De manera especial, la Iglesia ha de hacer todo cuanto sea posible para ayudar a las mujeres embarazadas para que no sean obligadas por circunstancias adversas a recurrir al aborto”.
El cardenal también recordó la reciente visita del Santo Padre a la Obra diocesana del Nen Déu, especializada en la educación y promoción de personas con síndrome de Down y otras discapacidades y citó estas palabras de Benedicto XVI pronunciadas allí “En el cuidado de los más débiles, mucho han contribuido los formidables avances de la sanidad en los últimos decenios, que han ido acompañados por la creciente convicción de la importancia de un esmerado trato humano para el buen resultado del proceso terapéutico. Por eso, es imprescindible que los nuevos desarrollos tecnológicos en el campo médico nunca vayan en detrimento del respeto a la vida y dignidad humana, de modo que quienes padecen enfermedades o minusvalías psíquicas o físicas puedan recibir siempre aquel amor y aquellas atenciones que los haga sentirse valorados como personas en sus necesidades concretas”.
Barcelona, 29 de noviembre de 2010