Mary Ward: la fidelidad a la Santa Ruaj al servicio de la educación de las mujeres

 

Pues sí, una mujer más que, confiada en la fuerza del Espíritu, levantó una obra que no le resultó nada fácil, como suele pasar con todas las grandes obras, y más aun si de mujeres se trata. Es lo que pasó con Mary Ward.

Es por este motivo que en nuestra genealogía le corresponde ocupar un lugar importante por lo que ha significado en el largo proceso de reconocimiento del trabajo de las mujeres en la Iglesia, si es que hacemos caso a lo que de ella dijeron sus seguidoras: “trabajaba por el Reino de Cristo con recursos que los varones ‘sabios y prudentes’ no podían llegar a tolerar en las mujeres evangelizadoras”, una intolerancia que la puso a prueba en momentos en que tenía que defender ante la Curia su fe e incluso la propia fundación del Instituto de la Bienaventurada Virgen María (IBVM).

Gracias a Urbano VIII se libró de caer bajo las garras de la Inquisición, acusada de rebelión, herejía y desobediencia. No le fue fácil, pero finalmente quedó libre de las acusaciones. Su vida no fue nada plácida, ni cuando definitivamente se estableció en Londres, porque tuvo que abandonar la ciudad a causa de la guerra civil. Murió en su casa de York en el año 1645.

¿Y quién es Mary Ward? Una mujer nacida en el condado de York, de familia noble, en el mismo año en que se promulgó la ley de expulsión de los sacerdotes católicos. Pronto sufrió en la propia familia la represión anglicana por haberse mantenido en la obediencia católica. Muy joven entró en las Clarisas, pero éste no era su camino y, atraída por la orientación jesuítica, obediente a la inspiración del Espíritu, funda la IBVM cuando solo tenía 25 años. Un Instituto apostólico, sin clausura, con una superiora general y que solo dependería de la autoridad papal.

Por el Reino de Dios y por Inglaterra, el Instituto se pone al servicio de la educación de las niñas, pobres i ricas, con la clara intención de formarlas en la fe católica, en el marco de una Iglesia que ama, la hace sufrir, la obedece y a la que siempre le será fiel.

Funda colegios en la isla y en el continente, siempre luchando contra la precaria economía y las presiones. Cardenales italianos se esfuerzan por cerrar las escuelas. Muchos de ellos no aceptan la creación de congregaciones femeninas fuera de la clausura; Trento no ha pasado en vano y las religiosas salen perdiendo. ¿Cómo osaba aquella mujer negarse a la obediencia de la clausura femenina? I en el 1625   se cerraron las instalaciones italianas.

Lutero, Enrique VIII, Roma, reformas y contrarreformas…  ¡Uf, cuanta fe se necesita!, pero Mary Ward no se desanima y sigue adelante. Abre escuelas en Munich, Viena, Bratislava, Praga…, y siempre con disputas y negociaciones papales. Finalmente, Urbano VIII (1628) ordena el cierre de todas las casas de la Institución por no aceptar la clausura. Y ella siempre bajo sospecha de herejía y rebelión. Se trata de un cierre ejemplar,  escarmiento de todas las organizaciones femeninas sospechosas de influencias “jesuitinas” surgidas en Bélgica y en la zona del Rin.

Finalmente, el Santo Oficio declara que Mary Ward está libre de toda sospecha. Pasan los años, la salud se resiente, ha llegado el momento de regresar a Inglaterra y, como si su tiempo se hubiese cumplido, morirá a los 60 años de edad.

Sacrificio, lucha y oración no fueron en valde. Todo lo que la Congregación realizó supuso un avance en la educación de las mujeres y un buen trabajo en la Iglesia Católica. Una Institución enraizada y comprometida en el convulso mundo en que le tocó vivir, bien fundamentada en las tres “gracias” de influencia ignaciana:

  • La obra de Dios como fin
  • El apostolado en el mundo como medio
  • La orientación total en Dios en el marco de libertad, justicia y verdad
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Lic. Roser Soler Besteiro

FORMACIÓN
  • Licenciada en Filosofía y Letras, especialidad de Filosofía, por la Universitat Autònoma de Barcelona
  • Licenciada en Estudios Eclesiásticos por la Universidad Pontificia de Salamanca
  • Licenciada en Teología Sistemática por la Facultat de Teologia de Catalunya
ACTIVIDAD DOCENTE Y PROFESIONAL
  • Profesora de Teología de las Religiones en el ISCREB
  • Miembro del Col·lectiu de Dones en l’Església y de Alcem la Veu
  • Miembro de A.T.E. (Asociación de Teólogas Españolas) y de ESWTR (Sociedad Europea de Mujeres Investigadoras en Teología)
  • Ha ejercido de profesora de religión y de filosofía, sucesivamente, en centros públicos de secundaria (IES).

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