Testimonio de la peregrinación a Roma: “Ilusión, alegría y deseo compartido, camino hacia el sacerdocio”

Un seminarista explica su experiencia con el equipo de formadores y los seminaristas de Barcelona y Sant Feliu y el obispo Javier Vilanova

Fotografías: Seminario Conciliar/ Vatican Media

Toda actividad que realizamos con el Seminario sólo se entiende si tenemos presente su misión dentro de la Iglesia: formar a pastores según el corazón de Cristo. Éste fue el objetivo principal de nuestra peregrinación a Roma durante el puente de la Inmaculada, que tuvo como centro la audiencia con el papa Francisco. Viajamos el equipo de formadores y los seminaristas de Barcelona y Sant Feliu acompañados por el obispo Javier Vilanova.

Con el papa Francisco, de tú a tú

Lo más impresionante en todos los sentidos fue poder estar con el Papa. No es lo mismo leer sus textos, verlo en vídeo… que estar con él. Precisamente, esto se puso en evidencia cuando el Papa decidió entregarnos el discurso que había preparado, para que lo leyéramos en otro momento, y nos animó a que le hiciéramos preguntas: «el más cara dura que empiece». Recuerdo con qué sonrisa nos miró en ese momento. Después de esto, ya no importaba sólo lo que nos decía, sino también cómo lo decía. Por ejemplo, su tristeza al explicarnos las causas de la falta de vocaciones en la actualidad. También la risa que provocó cuando, al preguntarle sobre sus alegrías, nos dijo con tono bromista: “¡una alegría es que estén hoy todos ustedes aquí, que parece que aún no hemos cerrado la sucursal por allá abajo!”

Fue un verdadero diálogo, que nos ilusionó y animó a todos. Al final, quiso saludar a cada uno personalmente: un detalle muy especial.

Conociendo Roma y los orígenes

El resto del viaje, desde el jueves por la noche hasta el domingo por la mañana, aprovechamos para visitar. El viernes celebramos Misa en la cripta del Papas y vimos la basílica y los museos vaticanos. Por la tarde pudimos adentrarnos en los scavi: las excavaciones hechas bajo el altar de la basílica de San Pedro donde se encontraron la tumba y los huesos del apóstol.

A todos nos impresionó mucho constatar el arraigo histórico de nuestra fe. También fue una buena preparación para visitar al Papa al día siguiente. Ese mismo día y sábado por la noche nos organizamos para visitar y rezar en otros monumentos o iglesias de la ciudad.

Como decía al inicio, lo más importante ha sido, como en todo el itinerario del Seminario, lo que el Señor ha hecho en nosotros para formarnos como sacerdotes. Hemos compartido la ilusión de visitar al Papa, la alegría de poder estar con él y el deseo de transmitir esta experiencia a los demás.

Ilusión, alegría y deseo de transmitir: tres cosas importantísimas para ser verdaderos testimonios en la vocación a la que Dios nos llama. Tres cosas que debemos seguir compartiendo en el Seminario y, si Dios quiere, formando parte del presbiterio de Barcelona o de Sant Feliu de Llobregat.

Javier Casals (Seminarista de Barcelona)

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