P. Sagalés: «La epidemia global que sufrimos llega con una sociedad espiritualmente enferma»

Entrevista al P. Llorenç Sagalés, delegado de Pastoral Social del obispado de Terrassa

«Los hombres de hoy parece que ya no tienen motivos para ser justos. Por qué nos tendríamos que amar como hermanos, si ya no somos hijos de un mismo Padre? Por eso, el reto es empezar amando a aquellos que tenemos más cerca, quienes más sufren, los más desfigurados; e intentar descubrir el rostro de Dios». El P. Llorenç Sagalés, de la orden del Císter, delegado de Pastoral Social del obispado de Terrassa, considera que para concienciarnos que hay que ayudar en el momento actual «necesitamos motivación». El sábado 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social.

Por qué se ha llegado a una situación tan delicada?

La epidemia global que sufrimos llega con una sociedad espiritualmente enferma, sin principios ni finales. En nuestro país, estas últimas décadas nos hemos ido desprendiendo, no solo de buenos presupuestos económicos para la sanidad pública sino de los elementos religiosos y trascendentes que sostienen y dan sentido a la vida y la muerte de los hombres. Por eso, no es sorprendente la sensación colectiva de desconcierto y desolación ante la pérdida, la afectividad rasgada o la tristeza de alma.

Usted cambió los monasterios por los barrios pobres. Ahora vive más auténticamente el Evangelio?

Los monasterios y los barrios pobres son desiertos similares. Y yo siempre he ido por una cuestión de supervivencia espiritual: entre los pobres encuentro a Dios y la plegaria acontece connatural. Entre los preferidos del Señor, mi endurecimiento de corazón queda también más fácilmente desenmascarado, identifico mis demonios y aprendo a recibir como un pobre.

Qué hace falta para que revierta esta situación?

Hace falta conversión. El nuestro es un tiempo de indigencia, y esto no se resuelve solo con un cambio de dirección, de gobierno o de planes estructurales. Hace falta un cambio de corazón, una verdadera conversión de los espíritus. A los cristianos nos toca no hacer el ridículo y no dar lecciones, sino empezar por convertirnos e intentar vivir de otro modo.

Entrevista realizada por Òscar Bardají Martí para el Full Dominical del 14 de febrero

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