Mons. David Abadías bendice las instalaciones del nuevo tanatorio del barrio de Sants

El obispo David anima a los trabajadores a «sed una bendición para aquellos que vengan, ayudándoles a abrir el corazón a la esperanza»

El obispo auxiliar de Barcelona, Mons. David Abadías, ha bendecido las instalaciones del nuevo tanatorio de Barcelona, ubicado en el barrio de Sants. Acompañado del director del Secretariado diocesano de Tanatorios, Alfons Sagalés, realizó una visita por las instalaciones del centro, guiado por el mismo director, Enrique Albiol, y la gerente, Yolanda Corrales.

El proyecto, promovido por Pròxima Serveis Funeraris, se inició en 2018, y tras un proceso de construcción y varios trámites, la semana pasada se obtuvo la licencia funeraria, con lo que desde esta primera semana de agosto, ya se encuentra en funcionamiento.

El director del tanatorio mostró las diferentes estancias en el obispo, explicando cómo se ha buscado aportar una visión «de equilibrio y la sencillez» para mantener la naturalidad del espacio, que mantiene los cimientos del edificio original conservando algunos aspectos antiguos como las vigas de madera del techo, de la fábrica que había en sus inicios.

Espacio de paz y esperanza

Mundos. David Abadías saludó a los trabajadores del tanatorio e hizo la celebración para la bendición en la sala del oratorio acompañado de Mn. íñigo de Alfonso, presbítero diocesano. Durante la bendición, el obispo se dirigió especialmente a los trabajadores en referencia al servicio que desarrollarán para todos aquellos que se despidan de sus seres queridos difuntos. Ese momento, que «nos descubre el gran misterio del amor, cuando la muerte nos marca nuestro final», dijo.

«Nos encontramos en este espacio, destinado a encontrar paz y esperanza, en una de las experiencias de límite humanas que vivimos»- dijo el obispo, con un tono cercano y familiar-. «Aquí recordamos que nada cae en lo absurdo, sino que hay esa mano que sostiene todo, y nos dice: «Yo soy resurrección y vida»».

El obispo David, aseguró que es en este lugar, donde está el máximo sentido de nuestra existencia, y animó a los trabajadores y a las trabajadoras en su tarea de acompañar a las personas en la dureza de esta experiencia de límite humana que se vive, en la que se hace presente «la belleza del amor y el consuelo». «En este momento intenso de la vida, ustedes estarán allí acompañándoles». «Sed una bendición para aquellos que vengan, ayudándoles a abrir el corazón a la esperanza», añadió.

Después de estas palabras y de leer la bendición esparció el agua bendita en el oratorio y las diferentes estancias destinadas al velatorio de los difuntos.Finalmente, se bendijeron unas medallas de San Benito de Núrsia, patrón protector de Europa que se repartieron posteriormente para todos los trabajadores.

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