Mons. Sergi Gordo: «El obispo Toni estuvo en el hospital e hizo de su cama un altar»
El santuario de San José de la Montaña rinde homenaje a Mons. Antoni Vadell, fallecido el pasado 12 de febrero, justo un año después de la conferencia de clausura que impartió en el marco del centenario de la coronación de la imagen de san José de este templo barcelonés
Fotografías: R. Ripoll
El Santuario de San José de la Montaña ha celebrado una misa en memoria del obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Antoni Vadell. El pasado 23 de octubre de 2021 el obispo Vadell impartió la conferencia de clausura en el marco del centenario de la coronación de la imagen de San José del santuario barcelonés. Justo un año más tarde le han querido rendir homenaje con una misa presidida por el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Sergi Gordo. Una misa muy emotiva donde asistieron diferentes sacerdotes, entre ellos el presbítero que atendió al obispo Toni en el Clínico, y que contó con los cantos de la Escuela Gregoriana de Cataluña.
En su homilía, Mons. Sergi Gordo se ha basado en la conferencia del obispo Vadell del pasado octubre de 2021. «Él –el obispo Toni– sabía llamar para ayudar como el Señor a los discípulos y acompañaba y se presentaba y rezaba por ellos. Él decía «tenemos que vivir la evangelización como fraternidad, como una gran familia». Y decía «quina pasada» «súper» con esas expresiones que le salían del corazón. Unas expresiones juveniles, de apóstol joven, que lo estaba dando todo por el Señor».
El obispo Sergi ha recordado a san Pablo en toda su homilía, un hombre que lo dio todo por el Evangelio. También hizo hincapié en cómo vivió su fe cuando estuvo cautivo y murió mártir, dando su sangre por el Señor. «Así como Pablo no desaprovechó su tiempo cautivo en la cárcel, el obispo Toni estuvo en el hospital e hizo de su cama un altar».
Se cumple un año de la conferencia de clausura del obispo Toni por el centenario de la imagen de San José
«El obispo Toni en este atril hablando de san José padre en la ternura y en la acogida decía: «Con la perspectiva de Jesús nos damos cuenta de que esto no es fatalismo, que estamos en manos de Dios, que queremos controlar nosotros la vida y queremos planificarlo todo» y él hablaba de sí mismo. Recuerdo que movía los pies y las manos para hacerse entender y te hacía replantear la vida desde los ojos de la fe y ver que estamos en manos de Dios que es misericordioso» explicaba Mons. Gordo. «El obispo Toni, en vez de fundirse en el victimismo –que a veces nos pasa a los enfermos y queremos que todos estén por nosotros, nos volvemos un poco ególatras– él se desvivió en esos meses últimos de su vida. Quería estar presente e hizo mucho bien. La misión de Pablo resulta eficaz solamente gracias a la fe. Fue fiel, fue eficaz gracias a, como él le llamaba, la «carícia del Senyor», a esa ternura».
El obispo Toni acompañado por el Señor en su enfermedad
El obispo Sergi también ha hecho mención a una carta del 16 de julio de 2021, cuando los más allegados conocían la situación de salud del obispo balear. Esta carta se envió para que no se anticiparan otras versiones y que solo hubiera una única y verdadera versión que era la del mismo obispo Toni y que decía: «En la malaltia sento la companyia del Senyor». Fue una carta breve asegurando que intuía la llamada amorosa de Dios. Mons. Sergi Gordo aseguraba durante la homilía que así era el obispo Toni, cuando en su carta decía: «recibo esta llamada como una nueva misión, la misión de estar más cerca del Señor. Estoy en manos de Dios, lo que Él quiera». El obispo Sergi ha aprovechado para recordar la jornada del DOMUND que se celebró el mismo 23 de octubre y rezó por todos los misioneros.
Las consideraciones a tener en cuenta por el obispo Toni
«El obispo Toni cuando murió quiso que leyeran sus consideraciones a tener en cuenta en el día de su traspaso e hizo todo un acto de fe diciendo: «Que somos gracia, que estamos en manos del Señor, que cada instante de nuestra vida depende del Señor, que estamos llamados a la Vida en grande, una Vida eterna, que no podemos controlar», decía así: «La nostra visió, la meva almenys, és molt limitada, no podem veure des de la perspectiva de Déu» y esto nos hace profundamente necesitados de un apoyo más grande, un afecto mayor, no podemos controlar nuestra vida». El obispo Toni según el obispo Gordo: «fue testigo y apóstol de esa ternura, decía que vivía una gracia inmerecida «me surge la serenidad en todo este proceso del cáncer de páncreas, dado mi carácter inquieto, controlador –es verdad él era súper responsable y quería que todo funcionara, siempre pendiente con sus WhatsApps casi sin descansar- no llego a vivencia de gracia que sé que no es por mis esfuerzos. Estoy absolutamente convencido que es una gracia muy grande, sé que el Señor me está dando una oportunidad muy grande para poder intimar más con Él, para seguirle en esta misión apasionante»».
Mons. Sergi Gordo ha aprovechado también para explicar las experiencias que tuvo con el obispo Vadell en el hospital. «Cuando me escapaba a verle en el hospital y su hermano me dejaba entrar, siempre entraba y le decía «Toni, Gaudete in domino» y él respondía «Semper». ¿Por qué este lema, que era su lema episcopal? «alegraos siempre al Señor», dice san Pablo cuando está cautivo en la cárcel, cuando tiene motivos para el victimismo y para la desesperanza y, en cambio, dice que tenemos que alegrarnos al Señor. El obispo Toni me decía: «Ahora, más que nunca, hay que alegrarnos al Señor, deixem-nos abraçar». Que el Señor haga que no olvidemos nunca el testimonio del obispo Toni, que ha dejado huella, y que sirva para que seamos discípulos y misioneros».