Mireia Angerri: «El papel de la Iglesia con los pobres del tercer mundo es una asignatura fundamental»

Testimonio de la Presidenta-Delegada de Manos Unidas enmarcado en el eje sobre la pobreza del Plan Pastoral «¡Salgamos!» de la Iglésia Arxidiocesana de Barcelona

«En Manos Unidas trabajamos por los más pobres del mundo, procurando ayuda para que ellos mismos sean protagonistas de su desarrollo y recobren la dignidad que todo ser humano necesita». Así explica la presidenta- Delegada de Manos Unidas, Mireia Angerri, el testimonio del Plan Pastoral de esta semana, su labor en la organización dedicada a ayudar al Tercer Mundo.

Cambiar las injusticias

Tal como explica Angerri, a Manos Unidas se llevan a cabo en más de 50 países unos 500 proyectos de cooperación al desarrollo cada año. Estos proyectos se centran en ayudar en diversos sectores: Salud, educación, empoderamiento de las mujeres, cuidado medio ambiente, agricultura sostenible, agua y saneamiento, protección de las libertades y de las estructuras democráticas de estos países. Todos estos proyectos son de larga duración. En este sentido, la presidenta de Manos Unidas asegura que «No queremos hacer una acción humanitaria puntual, sino un trabajo continuado y largo en el tiempo que permita cambiar las realidades. Porque el hambre y la pobreza en el mundo afecta a más de 1.000 millones de personas y no es de justicia que sea así. Hay que cambiarlo », añade.

Devolver la suerte recibida

En su testimonio más personal, Mireia Angerri explica que llegó a la ONG sintiendo la necesidad de aportar valor humano. Después de una estancia en África, donde se sintió «madre de muchos niños y niñas que no eran sus hijos». Tal como relata Angerri, allí fue consciente «somos hermanos y vivimos en una misma casa común». «El azar me ha favorecido por nacer donde he nacido, y es de justicia devolver a aquellos que no han tenido la misma suerte parte de lo que yo he tenido», explica.

Por otra parte, Angerri destaca el papel protagonista de la mujer, recordando que fue creada, – hace más de 60- por un grupo de mujeres. «Es muy estimulante y la mujer tiene un papel fundamental, no sólo en la entidad sino en muchos proyectos encarados a luchar por los derechos de las mujeres más olvidadas. Por ello, poder hacer un servicio a estas mujeres para mí es muy gratificante».

El papel de la Iglesia

Como representante de la entidad en Barcelona, ​​Mireia Angerri subraya el papel de la Iglesia ante los pobres del tercer mundo, como «una asignatura capital». Una acción solidaria en la que Angerri asegura que se siente acompañada por el Papa y el cardenal Juan José Omella, los cuales insisten repetidamente en ayudar a los más olvidados. «Esto nos da sentido y nos sentimos acompañados en esta misión».

Angerri destaca el gran rol que desarrollan los socios, los cuales, con su aportación hacen posible los proyectos. Entre estos, hacer un pozo para facilitar el acceso al agua en las localidades más olvidadas, o bien, construir una escuela para aquellos niños que serán el futuro de la sociedad. «Con sus pequeñas aportaciones, y con la suma de todo hace posible llevar a cabo todos estos proyectos que ayudan a aquellos que más lo necesitan», expone.

«Pido a la Iglesia que apoye nuestro trabajo, que levante la mirada, para ver a los pobres que hay más lejos de nuestras fronteras».

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