Madurar interiormente: «Permaneced en mí, y yo en vosotros» (Jn 15,4a)
Consulta aquí el comentario de la Palabra y el Padre Nuestro rogado por las diferentes confesiones cristianas con motivo de la Semana por la Unidad de los Cristianos

Ef, 3,14-21 / «Que Cristo crezca en nuestros corazones»
14 Por eso doblo las rodillas ante el Padre, 15 de quien toma nombre toda paternidad en el cielo y en la tierra, 16 pidiéndole que os conceda, según la riqueza de su gloria, ser robustecidos por medio de su Espíritu en vuestro hombre interior;17 que Cristo habite por la fe en vuestros corazones; que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; 18 de modo que así, con todos los santos, logréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo, 19 comprendiendo el amor de Cristo, que trasciende todo conocimiento. Así llegaréis a vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.
20 Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros; 21 a él la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones de los siglos de los siglos. Amén.
Lc 2,41-52 / «María conservaba todo esto en su corazón»
41 Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. 42 Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre 43 y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. 44 Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; 45 al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. 46 Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. 48 Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». 49 Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». 50 Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. 51 Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. 52 Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.