La Fundación Joan Maragall inaugura el curso 2020-21

El sacerdote y sociólogo Tomas Halik durante la lección inaugural invita a ver la crisis como una oportunidad de renovación para los cristianos

Fotografies: Fundació Joan Maragall
El Seminario Conciliar de Barcelona ha acogido la inauguración del curso 2020-21 de la Fundación Joan Maragall. Una apertura de curso diferente dada la situación de la pandemia, que contó con la lección inaugural del teólogo checo Tomas Halik, que compareció vía telemática. Presencialmente compareció el obispo Sergi Gordo que presidió el acto, así como el presidente de la Fundación Joan Maragall David Jou.

Diálogo, cristianismo y cultura

El presidente de la entidad fue el encargado de iniciar los parlamentos, momento en que resumió la propuesta con la que la Fundación quiere encarar el nuevo curso con este contexto condicionado por la pandemia. Con las palabras «diálogo», «cristianismo», «cultura».
Tal como dijo, el diálogo como «una de las necesidades más urgentes de hoy para un futuro aceptable». «La cultura que ameniza, enriquece y da profundidad a la existencia, e interpreta y transforma la realidad». «El cristianismo fomenta y fundamenta valores universales de justicia, igualdad y sentido trascendente de la vida, y forma parte de las raíces espirituales y culturales». «Creemos que el mensaje es simple y vale la pena: el diálogo, como imperativo; la cultura, como gozo; el cristianismo, como ofrecimiento. Son tres ensanchamientos de la persona, tres ingredientes de la sociedad, tres vías entre humanidad y naturaleza. Pero antes de decir, nos gusta escuchar, meditar, pensar ».
Con estos tres pilares, el presidente de la FJM va expone como la entidad pretende «escuchar los problemas y dar razón crítica y realista de las esperanzas … Reflexionar sobre lo que nos está pasando, desde el humanismo cristiano en diálogo con las vicisitudes, problemas y esperanzas del mundo contemporáneo », dijo.

Programa entorno la pandemia

Ha presentado el programa del nuevo curso, la mayoría de las actividades se estructurarán en torno al que han llamado Tríptico de la pandemia: la muerte en soledad, el templo vacío, la naturaleza desbordada. «Profundizaremos sobre tres grandes aspectos: el significado y las circunstancias -mèdiques, legales, sociales- de la muerte y sobre cómo su consideración ilumina algunos aspectos del sentido de la vida; las fronteras abiertas de la religiosidad, desde las inquietudes individuales de la espiritualidad hasta la solidaridad y la celebración comunitaria; la relación entre los humanos y una naturaleza que nos desborda con el virus o que desabrochamos con la tecnología, desde las graves incertidumbres ecológicas hasta las posibilidades prometedoras y inquietados de la inteligencia artificial».

Lección inaugural para Tomas Halik

La lección inaugural del curso, la impartió el teólogo checo, Tomas Halik, cura católico, sociólogo de la religión y activista político, con el título: Leyendo los signos de los tiempos. Según informó la Fundación Joan Maragall por sus contribuciones al diálogo interreligioso y con los alejados de cualquier religión, y por la defensa de los derechos humanos y de la libertad religiosa ha recibido un número considerable de premios y reconocimientos.

«Cristianismo en crisis»

En su exposición, destacó tres ideas que el presidente de la FJM subrayó especialmente. Por un lado, la expresión de frustración, cansancio, impotencia, desengaño, miedo; en definitiva: crisis. «La crisis obliga a hacerse preguntas, buscar caminos: las seguridades vacilan, la confusión y la opacidad inquietan. La propuesta de Halik es disposición a confiar, a dar otra oportunidad al cristianismo, a insistir más en la idea positiva de «momento axial» -caracterizado por globalización y la fusión y conexión de culturas- que en los aspectos negativos de la idea de crisis».

«Sabiduría vespertina»

En segundo lugar, Halik reflexiona sobre cómo se ha de manifestar esta confianza, hablando sobre la «tarde de la fe». Dice: «La madurez y la vejez tienen un propósito diferente y más importante que el» mañana de la vida. Es el momento de un viaje espiritual, la bajada en las profundidades, el momento adecuado para el desarrollo de la vida espiritual. Buena parte de las angustias y problemas mentales de las personas durante la segunda mitad de su vida son para que sus vidas no tienen una dimensión espiritual y religiosa. La tarea de la tarde de la vida es alcanzar la madurez; es un camino hacia la sabiduría vespertina». En este sentido el Dr. Jou expone como «Una manera íntima puede ser abandono en manos de Dios, sobriedad y comportamiento en la conducta propia, y ayuda a los necesitados cercanos. Colectivamente, sin embargo, hay que ofrecer caminos».

Volver a la espiritualidad

Y, en tercer lugar, Tomas Halik hizo una propuesta concreta, modesta, realista pero también ambiciosa sobre cómo llevar a cabo este proceso: «Hay una necesidad urgente que las comunidades cristianas se transformen en «escuelas», de acuerdo con el ‘ideal original de las universidades medievales, inspiradas a su vez por la cultura monástica de la oración combinada con el estudio (…) su principio era entregar a los demás sólo lo que hemos meditado. Del mismo modo, a las comunidades eclesiásticas actuales la teología debería volver a combinar con la espiritualidad, el estudio teológico y la predicación, con el cultivo de la vida espiritual». Resumiendo, Jou sintetizó la demanda de un «estudio, de cultivo de la vida espiritual».

Ante la crisis, un nuevo impulso

Finalmente, el obispo auxiliar de Barcelona, ​​Mons. Sergi Gordo cerró el acto agradeciendo a la Fundación su labor en beneficio de los tres pilares que la sustentan: diálogo, fe y cultura. Así, animó a «escuchar las voces más significativas del mundo cultural y religioso del momento. Un diálogo con espíritu crítico y abierto al igual que pidió Pablo VI», dijo el obispo.
Mons Gordo hizo especial mención a la crisis que vive el cristianismo actualmente, tal como comentaba Halik. Sin embargo, el obispo, con una mirada esperanzada, expuso como «toda crisis es un momento oportuno para todos a hacer un impulso de renovación y dar nuevo impulso al cristianismo imitando el coraje de San Pablo. Una oportunidad para alcanzar la sabiduría vespertina – como decía Halik- y desarrollar el potencial terapéutico».

Consideraciones del obispo Sergi

Aportó dos consideraciones respecto todo lo escuchado. Por un lado, «tener en cuenta la fe como regeneradora de la cultura que lee los signos de los tiempos. «Una fe que no crea cultura es una fe no suficientemente comprendida o vivida. Ojalá que podamos aportar un suplemento de reflexión sobre las prioridades que nos pide la pandemia». En segundo lugar, insistió en «la fe como potencial terapéutico». «La fe siempre es curativa desde el espíritu y ojalá que con Joan Maragall podamos activar esta función terapéutica para los hombres y mujeres. Ayudémonos entre nosotros».
Finalmente, el obispo Sergi Gordo ha recordado la invitación del Francisco para «dejarse llevar por el Espíritu». «No buscar calcularlo todo, permitir que Él nos ilumine, que nos impulse, dejarnos llevar. Porque él sabe que es necesario en cada época. Sólo de la luz y fuerza del Espíritu Santo podemos esperar los frutos nuestros testimonio como cristianos que dialogamos en medio la fe y la cultura del mundo. La acción no se reduce a las fronteras de la Iglesia».
Ayuda  a la formación
La Ayuda a la formación -de 6000 € – ha sido para Josemaría Bigatà Barrachina. El trabajo lleva por título La participación de los movimientos apostólicos en la formación de las periferias urbanas del área antifranquista. El caso de Terrassa (1939-1968), y será dirigido por el Dr. Martí Marín Corbera (UAB), mientras que el seguimiento por parte de la FJM corre a cargo del Dr. Jaume Dantí Río.
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