«La celebración de la fe es una herramienta inmejorable para llegar a los jóvenes»
Entrevista a Mn. Teodor Suau colaborador de la sección “Fe i Pensament” de la revista Serra d'Or

Durante cerca de 30 años, Mn. Teodor Suau ha colaborado con la sección “Fe i Pensament” de la revista Serra d’Or. Todos los meses no ha faltado su sello en uno de los dos artículos publicados. El pasado diciembre decidió poner punto y final a esta relación, que tenía la finalidad de “hacer lo más cercano posible el mensaje de Jesús a los lectores”, afirma Mn. Suave, liturgista, decano del capítulo de canónigos de la catedral de Mallorca, y que ha sido profesor y director del Centro de Estudios Teológicos de Mallorca.
¿Cómo definiría la experiencia de estos 30 años de artículos?
Mis artículos han sido siempre un intento de leer la realidad que nos afecta desde la perspectiva del Evangelio, haciéndolo lo más cercano posible a los lectores. Mi experiencia ha sido óptima. Mantener contacto con gente que desconozco y con la que casi no he mantenido comunicación ha supuesto una experiencia de gratuidad que a mí me ha hecho muy bien.
¿Los jóvenes valoran suficientemente la liturgia?
No creo que existan «los jóvenes». Hay una gran pluralidad de formas de ser jóvenes hoy. La inmensa mayoría, muy alejada de la Iglesia y, por tanto, de la celebración. Sin embargo, estoy convencido de que la liturgia es la mejor forma de catequesis, como querían los santos padres. El universo simbólico, trabajado, contado y realizado con dignidad y fe, siempre convence.
¿Cree que es una buena herramienta evangelizadora?
Pienso que la celebración de la fe, tal y como la quiere la Iglesia, es una herramienta inmejorable para llegar a los jóvenes de todas las condiciones. La belleza sigue siendo hoy, aún y gracias a Dios, la puerta del misterio. Y una óptima herramienta de evangelización. Pero debe hacerse desde la profundidad de la fe, hacia el compromiso con los hermanos y buscando por encima de cualquier otra cosa la experiencia del Dios Trinidad.
Entrevista publicada en la Hoja Dominical del 16 de abril, por Òscar Bardají i Martín