JMJ: La Archidiócesis de Barcelona camino a Lisboa
Más de 1500 jóvenes de la archidiócesis de Barcelona han emprendido su rumbo hacia JMJ distribuidos en 23 autocares
Imágenes: G. Simón
La cuenta atrás de la JMJ ya ha acabado. Más de 1500 jóvenes de la archidiócesis de Barcelona han emprendido su rumbo hacia Lisboa para participar del encuentro mundial de jóvenes presidido por el papa Francisco. Desde Montjuic, esta tarde salían 23 autobuses que han cubierto gran parte de la Avenida Francesc Ferrer i Guàrdia, una imagen inédita que llamaba la atención de los curiosos. Mochilas a las espaldas, sacos de dormir y esterillas.
En este pistoletazo de salida, los han acompañado los obispos auxiliares de Barcelona, Mons. David Abadías, Mons. Sergi Gordo y Mons. Javier Vilanova, que también los acompañarán en el viaje y que se han distribuido en diferentes autocares. Los tres, con joya, han coincidido al afirmar que esperan que «pueda ser un encuentro que tenga muchos frutos». El trayecto hasta llegar a Lisboa tiene la característica del compartir. No se trata de un viaje donde se busque la comodidad y el confort, sino que más bien predominan palabras como fraternidad, servicio y comunidad, con todos sus sinónimos y derivados.
Mañana se despertarán a Fàtima, donde se reunirán con los otros obispados de Cataluña y podrán poner a manos de la Virgen este peregrinaje. Desde el Secretariado interdiocesano de Jóvenes (SIJ) se cuenta con que participarán hasta 3200 jóvenes venidos con las diócesis catalanas, una cifra que supera el número de participantes catalanes de las JMJ de otros años, como la de Panamá o la de Cracovia. Por la tarde, se reunirán con todos los participantes que han venido con la Conferencia Episcopal Española (CEE), y les presidirá la Eucaristía el arzobispo de Barcelona y presidente de la CEE, Card. Juan José Omella.
¿Qué es la JMJ?
La JMJ es un encuentro de jóvenes de todo el mundo con el Papa. Es, además, una peregrinación, una fiesta de la juventud, una expresión de la Iglesia universal y un fuerte momento de evangelización del mundo juvenil. Se presenta como una invitación a una generación determinada a construir un mundo más justo y solidario. A pesar de su identidad claramente católica, está abierta a todos, tanto a los más próximos a la Iglesia, como a los más distanciados.
Tiene lugar cada año en las diócesis, con ocasión del Domingo de Ramos, y cada dos, tres o cuatro años con carácter internacional en una ciudad elegida por el Papa, contando siempre con su presencia. Reúne millones de jóvenes para celebrar la fe y su pertenencia en la Iglesia.
En suma, pretende proporcionar a todos los participantes una experiencia de Iglesia universal, fomentando el encuentro personal con Jesucristo. Es un nuevo impulso a la fe, a la esperanza y a la caridad de toda la comunidad del país que acoge. Teniendo como protagonistas los jóvenes, la Jornada Mundial de la Juventud busca, también, promover la paz, la unión y la fraternidad entre los pueblos y las naciones de todo el mundo.