Influencers católicos explican como evangelizar en las redes sociales
La primera edición de las SCB: Talks, «Las redes sociales como canal de evangelización» ha sido presidida por Mons. Javier Vilanova
El Seminario Conciliar de Barcelona ha acogido la primera edición de SCB Talks, bajo el título: «Las redes sociales como canal de evangelización». Influencers católicos que exponen su testigo de fe en las redes sociales han explicado su experiencia. Ha presidido el acto el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Javier Vilanova quien ha tenido unas palabras para el obispo Toni Vadell quien hubiera tenido una gran alegría con una iniciativa como esta que hacen «llegar la Buena Noticia especialmente a los jóvenes que están buscando. Esta alegría la compartimos toda la Iglesia». También ha remarcado que «compartimos todos que tenemos una riqueza, un tesoro dentro de nosotros que es la fe y lo queremos contagiar, queremos que todos tengan esta alegría que tenemos nosotros».
Rosa, una madre infuencer
La primera ponente ha sido Rosa Pich-Aguilera, una madre viuda con 18 hijos, tres de los cuales fallecieron por dolencias de corazón, que tiene más de setenta-mil seguidores en Instagram. Rosa explicó su testimonio de familia cristiana en las redes sociales. Explicó las dolencias de sus hijos mayores y como en San Juan de Dios le aconsejaron no tener más hijos, pero finalmente terminaron teniendo 18 hijos. Carmineta una de las hijas muere con 22 años, algo que Rosa cuenta que no se esperaban. Con esto decide escribir el libro “¿Cómo ser feliz con 1, 2, 3… hijos?” y lo va a presentar por todos lados. Luego por el 2017 se hace Instagram porque su tercer hijo Juanpi le insiste «tú tienes una historia que contar y la gente quiere seguirte». Además, Rosa explica que un día su marido se encuentra mal y al poco tiempo fallece de cáncer terminal y agradeció mucho la gran familia de Instagram. «Las redes sociales también son una herramienta para llegar a la gente no creyente que ve como sonríes en los malos momentos y como vives tu fe» explica Rosa.
La madre católica de esta familia numerosa también ha compartido como vivió la pandemia con todos los hijos en casa y que compartió en sus redes. «Todo era dar tips, después me dijeron de hacer un canal de Youtube ahí hice entrevistas y hasta salimos en la BBC de Londres». Asegura que «la gente quiere ver por un agujerito como vivimos, cómo te lo montas, cómo lo haces o cómo te organizas». Según Rosa a la gente le interesa «una mamá de 18 hijos, ahora viuda con 15 hijos». Para Rosa los seguidores son «una bomba de energía positiva». Aunque tiene claro que Instagram y las distintas redes sociales son «una ventana al mundo», también es sacrificado, porque «cada día tengo que publicar esté como esté y no todo es divertido».
El padre Miguel y la vocación 2.0
El segundo ponente es el padre Miguel Segura, legionario de Cristo desde que se ordenó sacerdote en 2001. Hizo una página web que se llama vocación.org, más adelante un canal de Youtube y más tarde de TikTok donde tiene más de cincuenta-mil seguidores. Ha dado su testimonio de cómo han sido las redes sociales un medio tanto para la promoción de vocaciones como para entrar en contacto con jóvenes que buscan respuestas.
El padre Miguel ha querido explicar como ha cambiado el mundo y como los móviles son indispensables hoy en día. «Podemos elegir cómo usar la tecnología, cualquier cosa para transmitir el amor de Cristo es suficiente. Me animé a entrar en las redes sociales porque imaginé por un momento si a la de tres, todos los jóvenes cristianos brillaremos como cristianos en las redes sociales donde estemos, con un gesto, una palabra, un silencio o un dibujo, estaríamos cumpliendo lo que Jesús nos encomendó».
El padre explica por qué hay que crear contenido católico en redes. «Cuanto más vean haya manifestaciones sociales y públicas de la fe más se animarán a saber más sobre Dios. Él usa todas sus criaturas para hacernos experimentar su amor, también Internet. Internet también sirve para evangelizar». Como el don es para compartirlo, entonces el padre se centró en la vocación sacerdotal y religiosa. «Me hice una página web vocacional porque las redes sociales cambiarán, pero si tienes una página, puedes seguir alimentando esas redes sociales. Con la página web me encontré que una de las cuestiones más buscadas es: “no sé qué hacer con mi vida”. No hay crisis de vocaciones, hay crisis de respuestas y hay crisis de respuestas porque no se puede hacer un discernimiento libre. Por eso, las redes sociales son una metodología que podemos usar para dar dirección espiritual pero el Espíritu Santo está por encima de todas las metodologías».
Samlo, evangelización a través del arte
Finalmente, explicó su testimonio Santi López, conocido como Samlo, es un diseñador que hace dibujos de animación para empresas, series, marcas, pero que también se distingue por hacer dibujos gráficos acerca de Jesús. Con sus dibujos se ha acercado a muchísima gente durante la pandemia, e hizo cursos de dibujos para niños. Tiene más de 50.000 seguidores y sus dibujos llegan a muchísimos países y personas.
«Yo tenía un sueño y estaba convencido me habían dado el talento del dibujo por algo. La misión en esta vida es ver la manera de sacarle provecho a esos talentos que se nos dieron y cómo lo ponemos al servicio de otros». Samlo luchó por sus sueños, dejó la carrera de arquitectura y se fue a Madrid, momento en que se hizo cuenta de Instagram. Gracias a ese cambio pudo ser quien quería ser, pudo ser él mismo. «Vivimos en un mundo de caretas, vamos todo el día vendiéndonos y mostrando imágenes distintas a las que realmente tenemos» Entonces se fue a Los Ángeles donde un youtuber de 1.5 millones de seguidores le contrató cosa que le hizo ser más conocido y llegar a trabajar para Marvel o para Apple. «Yo no me considero Influencer, Él es el que obra a través mío y es el que me ayuda también a llegar a muchas personas. Por eso siempre digo que hay muchas formas de hablar y de contar y de compartir. Para finalizar les invito a todos, no se aten en lo material, cuiden y proyecten justamente lo único que nadie puede controlar es que su cabeza, su corazón, su espíritu y su persona, para ponerlo al servicio de otros».