El obispo Javier Vilanova visita un proyecto integral en el Lloc de la Dona
La congregación de las Hermanas Oblatas de Barcelona atiende a mujeres víctimas del tráfico de seres humanos y de redes de prostitución

«La covid-19 ha sido un punto de inflexión porque gran parte de las mujeres que atendemos se dieron cuenta de la gran precariedad que vivían y la paz que sintieron por no prostituirse y se triplicaron las demandas en la entidad para intentar dejar este tipo de vida, aunque por motivos económicos es difícil salir». Con estas palabras, Mar Galceran, coordinadora de proyectos de la entidad ‘Lloc de la Dona’ de la congregación de las Hermanas Oblatas de Barcelona, explicaba al obispo Javier Vilanova, como ha afectado la pandemia este último año en la vida de las mujeres que atienen, la mayoría víctimas del tráfico de seres humanos y de redes de prostitución.
La segunda visita pastoral del obispo Vilanova
El 11 de marzo tuvo lugar el segundo encuentro del obispo Javier Vilanova, en una entidad de la diócesis, con la voluntad de acercarse a las diversas realidades del mundo de la marginación. Es una iniciativa promovida por la Delegación de Pastoral Social de Barcelona, donde también participaron, las hermanas oblatas Puri Alzola y Mari Cruz, que relataron al obispo el carisma del ‘Lloc de la Dona’, que está presente en el barrio del Raval desde hace más de 30 años. «Hemos salido al encuentro de la mujer que se prostituye para ofrecerle un acompañamiento integral, sanitario y de formación para que puedan integrarse al mundo laboral y emprender una nueva vida.»
En este sentido, Nuria Casanovas, directora del centro siguió explicando los cursos que ofrecen a las 400 mujeres que pasan por sus instalaciones cada año: alfabetización, tener cuidado de gente mayor y limpieza; estética, auxiliar de almacén, confección industrial e incluso tienen un coro de gospel. «Ponemos en valor el gran potencial de estas mujeres, un 70% son nigerianas y también de Latinoamérica». También destacó que son mujeres «de una gran dimensión espiritual, sin fe no podrían salir adelante».
Proyecto Dona Kolors
Después, el obispo Vilanova hizo una visita por los amplios locales de 700 metros cuadrados, en la calle Om, donde se trasladaron hace tres años para poder atender más mujeres. El proyecto estrella que tienen es Dona Kolors, dos colecciones al año de prendas de ropa exclusivas, que cosen en sus talleres, y permite hacer algunos contratos para regularizar su situación.
El obispo auxiliar de Barcelona se mostró muy interesado por la gran tarea que todo el equipo del ‘Lloc de la Dona’ realiza. Además, durante la pandemia se contó con un enorme apoyo telefónico para acompañar a estas mujeres que se encontraban sin recursos económicos y se sentían muy solas y angustiadas por la situación. Mons. Vilanova destacó la riqueza del apoyo del laicado en esta iniciativa y la importancia de trabajar conjuntamente con las diversas entidades diocesanas volcadas en el campo de la marginación.
Glòria Carrizosa Servitje
Secretariado diocesano de Marginación