El obispo Javier Vilanova i Pellisa visita la ONG «T’acompanyem»

Testimonios sobrecogedores de inmigrantes en la búsqueda de un futuro digno, en un encuentro impulsado por el Secretariado de Marginación

El obispo auxiliar de Barcelona, Javier Vilanova y Pellisa, ha visitado esta semana la ONG Te acompañamos, que apoya moral y formación para encontrar trabajo.

Isidre Gutiérrez fundó hace 14 años esta entidad privada, sin ánimo de lucro, que sólo recibe 2.000 euros de subvención al año, y gestiona todos sus proyectos gracias a la ayuda de colaboradores y voluntarios, “para ayudar a las personas desempleadas a encontrar un trabajo digno, en un largo proceso que puede durar años”. Promueven una gran cantidad de cursos y talleres (informática, inglés, catalán)y clases demindfulness y educación emocional, porque «viven situaciones muy angustiantes y necesitan estos recursos para no hundirse». También realizan visitas guiadas a centros locales, o visitas culturales que gustan mucho como la Sagrada Familia o el Camp Nou.

Como clausura del curso, hoy han preparado una dinámica de habilidades sociales, que permite a la treintena de personas atendidas en este pequeño centro de la calle Vizcaya, explicar sus vivencias y expresar qué aspectos cambiarían para mejorar la situación de tantas personas necesitadas. La mayoría son inmigrantes que se ven reflejados en una pequeña maleta que se encuentra en el centro de la sala. Tuvieron que marcharse de sus países y dejar a las familias y su vida para iniciar una aventura que suele ser demasiado dura. Como Menfis, colombiana, que sólo hace cinco días que ha llegado a Barcelona, duerme al raso y se deshace en llantos porque no conoce a nadie, tiene miedo y no sabe adónde ir. Acto seguido un voluntario dice que le ayudará a empadronarse, en Barcelona se puede hacer aunque no se tenga un domicilio fijo, y le guiarán en el proceso que ahora empieza.

Juan también se emociona cuando recuerda cómo dormían cinco personas en una misma cama en una habitación de 15 metros cuadrados, o Isabel, aunque es enfermera, le piden más cursos, que no puede pagar, para trabajar. Y es que muchas de las personas que reciben, tienen estudios universitarios, pero aún así sin papeles no les hacen un contrato de trabajo, y deben aceptar pequeños trabajos, mal pagados y precarios. Afirman que habría que cambiar las leyes para no tener tantos obstáculos burocráticos en el día a día.

Escuchar sus historias y ver sus ojos llorosos hace que se nos encoja el corazón. “Estoy muy impactado de encontrarme con esta realidad tan cruda, me emocionan mucho sus testigos y os agradezco la dignidad y la valentía que tiene”, les dijo el obispo Javier. El mundo está deshumanizado, porque muchos se han olvidado de Dios y se han perdido los valores cristianos. Pero yo os animo a no desfallecer ya confiar mucho en el Señor, que pone en su camino a personas buenas como las que aquí os acompañan.” El obispo también les aconsejó ir a las parroquias donde también encontrarán ayuda material y espiritual. “Y cuando consigue el trabajo y las condiciones de vida que busca, no se olvide de los demás y siga tejiendo esta red de fraternidad y solidaridad”.

Antes de irse reparten bocadillos y bebidas por todos como cada día, y abrazos y sonrisas, porque muchos son amigos y ésta es su casa y su familia.

Crónica de Gloria Carrizosa Servitje (Secretariado de pastoral de los marginados)

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