El obispo Gordo preside la fiesta patronal en la parroquia de San Jerónimo de Montbau
El obispo auxiliar de Barcelona ha recordado algunas de las palabras del santo recogidas en sus conocidas epístolas: «Ignorar las escrituras es ignorar a Cristo»
Fotografías: Ramon Ripoll
La parroquia de San Jerónimo de Montbau ha celebrado la Fiesta Patronal de San Jerónimo con una misa presidida por el obispo auxiliar de Barcelona, Mons. Sergi Gordo, que ha recordado la figura del escribano convertido en discípulo durante los tiempos de Jesús.
Con la parroquia de Montbau llena y al ritmo del canto del coro de la misma se ha rendido homenaje al santo que tradujo la Biblia al latín. «Hoy hacemos homenaje a este escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos, san Jerónimo, ese padre de la Iglesia que puso la Biblia en el centro de su vida y nos la pone a nosotros, la tradujo al latín, lo que llamamos la Vulgata, la Biblia que el Concilio de Trento dijo que era la que teníamos que leer» aseguro el obispo Gordo en su homilía. Y ¿Qué es un escriba? El obispo auxiliar de Barcelona nos lo define así: «Los escribas eran los que entendían la Sagrada Escritura, la Palabra de Dios, la Biblia para los judíos donde había el Antiguo Testamento en tiempos de Jesús que era la ley».
«Jesús es el locus, la razón de ser de nuestra vida»
Mons. Sergi Gordo afirmó que «Jesús sabía leer, se había formado en la Sagrada Escritura, que para un judío es la manera como saber lo que Dios nos dice. No es simplemente un libro de letra muerta sino que es donde vemos a Dios como un Dios que habla y ha quedado por escrito su designo, su voluntad. Para nosotros la Palabra es Jesús, es más que un libro. Jesús es el locus, la razón de ser de nuestra vida, Jesús es el verbo encarnado del Señor, el que nos muestra, revela y habla de quien es Dios para nosotros».
También relata cómo fue san Jerónimo: «Se esforzó en vivir en su larga existencia eterna, porque llegó a una cierta edad, a pesar de su carácter, que decían que era un poco difícil, pero quiso vivir en esa larga existencia, lo que tradujo al latín y lo que había aprendido en sus obras». El obispo Sergi considera que podemos aprender de san Jerónimo «a amar Palabra de Dios y que no sea solo un libro, pero es más que eso, tengo que aprender a amar la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura, que es más que letra muerta».
«Cuando tengamos un problema no tendremos una receta pero la luz de la Palabra nos iluminará»
«Ignorar las escrituras es ignorar a Cristo» es una de las frases que escribe san Jerónimo en una de sus epístolas a la que el obispo auxiliar comentó que «todo lo del antiguo testamento, todo lo que leemos, es como imagen de Cristo, todos nos hablan de Cristo. Es importante para todo cristiano vivir con ese contacto, con ese diálogo personal con la Palabra de Dios. ¿Cómo podemos ser más Iglesia, y por eso hacemos un Plan Pastoral? Para poder dar una respuesta desde Palabra De Dios no lo podremos hacer si no la conocemos y si no la conocemos no la amaremos y no la viviremos. Cuando tengamos un problema no tendremos una receta pero la luz de la Palabra nos iluminará. Aprendamos de san Jerónimo que esta Palabra de Dios es de vida eterna». Mons. Gordo ha contado a los presentes que cuando era pequeño «nos daban un librito que era el Evangelio que se llamaba Dios habla al hombre. Sí, Dios habla, no es un ser trascendente que está en las nubes».
El obispo Sergi rescató algunos consejos del santo para compartirlos con los presentes en la parroquia que lleva su nombre. «En la palabra de Dios recibimos la vida eterna» relata san Jerónimo. En una de sus epístolas le dice a san Paulino de Nola, un gran amigo suyo: «tratemos de aprender en la tierra las verdades cuya consistencia permanecerá también en el cielo». También subraya familiarizarse con los textos bíblicos: «¿No te parece que ya, aquí, en la tierra estamos en el Reino de los Cielos cuando convivimos con estos textos?». Por otro lado, le decía a santa Paula una joven noble de Roma: «Si oras hablas con el esposo, pero si lees es él quien te habla».
«Que tus acciones no desmientan tus palabra»
«Ama las Sagradas Escrituras y la sabiduría te amará, ámala ciertamente y te custodiará, hónrala y recibirás sus caricias, que sea para ti como tus collares y tus pendientes» le recomendó a una joven. También tiene palabras para los predicadores. «Que tus acciones no desmientan tus palabra –y pienso Sergi, aplícate el cuento- para que no suceda que cuando prediques en la iglesia, alguien comente “¿por qué entonces tú no actúas así?» ¡Qué curioso maestro el que con el estomago lleno diserta sobre el ayuno! ¡Incluso un ladrón puede criticar la avaricia!, pero en el sacerdote de Cristo la mente y la palabra deben ir de acuerdo» es la llamada a la coherencia de vida.
«El Evangelio tiene que traducirse en actitudes de autentica caridad»
En otra carta decía: «La persona que se siente condenada por su propia consciencia, aunque tenga una espléndida doctrina, debería avergonzarse». Por otro lado relató: «El Evangelio tiene que traducirse en actitudes de autentica caridad». En otra carta a su buen amigo san Paulino de Nola, escribía: «El verdadero templo de Cristo es el alma del fiel. ¿Qué sentido tiene decorar las paredes con piedras preciosas, si Cristo muere de hambre en la persona de un pobre?», que como dice el obispo «son palabras fuertes pero no han perdido actualidad». «Vestid a Cristo en los pobres, visitadlo en los que sufren, dadle de comer en los hambrientos, acogedlo en los que no tienen una casa» o «el amor a Cristo alimentado con el estudio y la meditación nos permite superar todas las dificultades. Si amamos a Jesucristo y buscamos siempre la unión con Él, nos parecerá fácil incluso lo que es difícil», son otros de los muchos consejos que se citan en sus reconocidas epístolas.
Por último el obispo Sergi Gordo ha pedido la intercesión de san Jerónimo: «Hoy vamos a pedirle al Señor orar con la Palabra, hacer que esta Palabra sea el alimento de nuestra relación, para que nuestra alma “se equilibre” como diría san Jerónimo. Hoy pedimos la intercesión a san Jerónimo para ser esa comunidad entusiasta enamorada de la Palabra de Dios». También ha pedido seguir el consejo del santo: «Amemos la Palabra porque ignorar las escrituras es ignorar a Jesucristo».