El derecho a la salud en riesgo en el «Dilluns dels Drets Humans»

Empieza una nueva edición del ciclo de conferencias dedicados a la Covid-19 con una primera sesión que ha planteado la carencia de medios y la precariedad laboral en los Centros de Atención Primaria y los hospitales

La pandemia ha evidenciado carencias en nuestro sistema sanitario, tanto dentro del ámbito de la atención primaria como en el hospitalario. Tenemos una de las mejores sanidades públicas pero los recortes del año 2010 han demostrado ante la pandemia la precariedad que hay. En el primer ciclo de conferencias «Els Dilluns dels Drets Humans» de la temporada se ha planteado esta carencia de medios y precariedad laboral así como los planteamientos sobre el sistema sanitario que se necesitaría y cómo ha sido la experiencia de la Covid-19 dentro de los Centros de Atención Primaria y los hospitales.

Para explicar todo esto se ha contado con la doctora de familia en el CAP Bon Pastor, Nani Vall-llosera y el CAP de sala de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic de Barcelona, Felipe García. Los dos son miembros del área Social de Cristianismo y Justicia. Ha moderado la conferencia la periodista del Diario de la Sanidad y de Cataluña Plural, Carla Benito.

Precariedad de los CAP ante la Covid-19

Nani Vall-llosera ha sido una de las doctoras que ha denunciado el olvido que ha sufrido la atención primaria en la gestión de la pandemia, así como las desigualdades que se están agraviando con la crisis del coronavirus. «No me esperaba afrontar el reto que hemos visto durante estos meses», ha asegurado. Vall-llosera ha relatado cómo su centro de Atención Primaria ha actuado ante los recortes de la pasada crisis dejaron una situación «muy tensa». El sistema nacional de salud que tenemos está financiado por los impuestos de la sociedad por lo tanto «esta sanidad es teóricamente un sistema universal y gratuito cuando se recibe la atención». La doctora Vall-llosera relata que este sistema se estructuró de este modo porque se constató que una «atención primaria fuerte contribuye a un sistema sanitario más eficiente».

Los CAP sobrepasados

«Con la pandemia se ha demostrado que había poco margen, hemos tenido que reinventarnos, nos hemos visto sobrepasados para atender a todo el mundo», ha asegurado Nani Vall-llosera. El problema principal que hubo al principio de la pandemia, hacia febrero, es que no se tenía constancia que la Covid-19 había llegado aquí, por lo tanto muchos médicos del CAP estuvieron atendiendo a personas con el virus sin tener constancia, cosa que provocó que se desarrollara entre el personal sanitario rápidamente y que los centros de atención primaria acabaran perjudicados.

Además, explica cómo todo el material necesario se recibió muy tarde: «No recibimos los EPI hasta abril, tampoco tuvimos la posibilidad de hacer las pruebas PCR hasta mayo, por lo tanto, no podíamos diagnosticar con certeza». La situación se volvió complicada por la información que recibía la población a través de los medios, puesto que solo se centraban en los casos más graves y con el número de personas que moría cosa que, según explica la doctora, este virus no llegaba a estos casos en muchas de las ocasiones. «Teníamos que acompañar a una población con miedo. Se hizo difícil porque los medios solo daban una fotografía hospitalaria grave».

Luchar por unos Centros de Atención Primaria de calidad

Otro problema que hubo en los Centros de Atención Primaria los primeros meses de pandemia fue el miedo a que se cerraran los centros. «Todos los hospitales de campaña que salieron como IFEMA en Madrid, se nutrieron de médicos de atención primaria a los que se les había cerrado el centro». Esta situación comportaba que mucha población se quedaba sin su médico local.

Además, también se tenía que dar respuesta a todas las otras enfermedades que no eran Covid-19. «Cuando la atención hospitalaria se satura, la atención primaria está previamente saturada», explica la doctora Vall-llosera que para dar respuesta a todo el mundo en una situación más que saturada y con medios precarios decidieron derivar todos los casos menos importantes a las consultas por teléfono: «conseguimos que solo fueran a los hospitales aquellas personas que lo necesitaban». Es una medida excepcional en un momento excepcional, pero la doctora reivindica que no es una solución de larga duración porque muchos casos necesitan la interacción presencial.

«La atención primaria sin dotación de recursos es imposible que llegue a todo el mundo. Esta ha sido la máxima preocupación por todos porque nos sentíamos sobrepasados», asegura Vall-llosera afirmando que si el sistema no está colapsado ahora es gracias a la respuesta de la atención primaria. «Estamos atendiendo la Covid-19 precariamente, pero sin recursos no podemos dar respuesta correctamente. Sin posar recursos a la atención primaria y a la salud publica no llegamos». Por eso, propone un plan de fortalecimiento de la atención primaria que tenga la capacidad de resolver el 90% de los casos porque las personas que realmente necesiten pasar al sistema hospitalario lo hagan más fácilmente, por eso hay que priorizar los recursos, pero una cosa está clara: «Si la atención primaria no funciona, el sistema sanitario no funciona, y todo esto produce una sobrecarga de trabajo insostenible».

La pandemia vivida en el Clínico

Por otro lado, ha hablado Felipe García, que dirige un proyecto de investigación para desarrollar una vacuna contra el coronavirus. En pleno confinamiento, el doctor García ofrecía un testigo de lucha contra la pandemia desde el ámbito hospitalario y la exigencia de dar una respuesta médica y humana a la crisis de la COVID-19. La primera pregunta que se contestó es: ¿Era esperable esta pandemia? Su respuesta ha estado más que clara: «Sí». Por el doctor era esperable, pero la gente no quería darse cuenta de la realidad. Durante el siglo XX, se vivieron cuatro pandemias, la más notoria la de la gripe española de 1918. «Otra pandemia que la gente no tiene en cuenta es el VIH que ha matado a 35 millones de personas y es una de las peores pandemias de este siglo y del pasado», ha afirmado Felipe García que ha dedicado su vida profesional a estudiar la enfermedad y su posible cura. También hubo la pandemia de la Gripe A, que pasó bastante desapercibida pero que fue también intensa.

 El hospital Clínic, referente de enfermedades infecciosas

El Hospital Clínic es un referente en enfermedades de alto riesgo de transmisión. Enfermedades que pueden provocar catástrofes en el medio donde se desarrollan. Con más de 15 años de análisis e investigación sobre estos casos, el hospital estaba teóricamente preparado para afrontar una enfermedad vírica. «En mi sala tenemos unas habitaciones reservadas por si teníamos unos pocos pacientes, de Ébola o de alguna enfermedad vírica, poder aislarlos. Lo que nunca habíamos esperado es lo que ha pasado, y estamos hablando de un hospital que teóricamente estaba muy preparado».

Felipe García no se dio cuenta de la gravedad de la situación hasta que llegó a Italia, en aquel momento ya advirtió que esta situación llegaría a España de manera rápida y masiva. «Nos pusimos en marcha rápidamente pero nos vimos absolutamente sobrepasados», asegura García.

Datos sobrecogedores

«Nosotros tenemos una sala de 20 camas que durante la primera semana se llenó de pacientes pero al cabo de tres o cuatro semanas estábamos recibiendo 100 pacientes diarios. El hospital tiene 650 camas y durante el pico más alto de la pandemia llegamos a tener 1000 ingresados. Entre el hospital, un hotel y los enfermos que ateníamos a domicilio y con las personas que teníamos en las UVI que llegaban a 250. En total, una cuarta parte del hospital se dedicó a la atención de pacientes Covid-19. Se pararon quimioterapias, operaciones y casi todas las cosas programadas». Esta es la situación en que se vio el Hospital Clínic durante los meses más fuertes de la pandemia que según el doctor, no vivieron una situación más drástica gracias a la reacción impresionante de todo el personal, no solo médicos o enfermeros sino también personal de seguridad o limpieza.

La primera sensación que tuvo el personal del hospital fue decidir cómo tratar a los pacientes. «No sabíamos cómo tratarlos y teníamos que tomar decisiones a ciegas porque no había evidencias de cómo tratar a los pacientes», asegura el doctor García. Otra cosa que les preocupaba era la soledad de los pacientes. «Luchas contra la epidemia pero también lo haces por las personas que están sufriendo la enfermedad y muriendo solas. Intentamos que la persona en el momento más importante de su vida se sienta acompañada».

Reflexiones ante la situación del sistema sanitario en la lucha contra la Covid-19

La primera reflexión que propone Felipe García es estructural. «Es muy importante que trabajemos en conjunto la atención primaria y el hospital y esto no se hace. La interacción entre la atención primaria y la hospitalaria es muy importante por el tratamiento completo y satisfactorio del paciente». Por el doctor, «estamos muy acostumbrados a mirarnos al ombligo pero no tenemos que olvidar que se trata de una epidemia mundial que requiere una acción global. Hay que vencer la enfermedad en todas partes, sobre todo en los lugares más desarrollados porque si no esto no acabará».

Además, Felipe García propone que los medios públicos vayan a las personas más vulnerables, puesto que son las que más lo necesitan. «Aunque parezca extraño, no todos tendríamos que tener el mismo trato, sino que los más vulnerables tendrían que ser tratados mejor. Tenemos que priorizar a las personas que no tienen los medios especializados», asegura.

La última reflexión del Dr. García es muy relevante. Afirma que «tenemos equivocadas las prioridades. Cuando nos importa más un partido fútbol que el vecino del bloque, tenemos un problema», indica. Según explica, tenemos una sanidad pública precaria porque no le damos la importancia que tiene, no apostamos por pagar impuestos para tener una sanidad de calidad. «Las partes más importantes y prioritarias porque un país tenga un buen nivel de vida son la educación, la sanidad y la investigación».

Finalmente, Felipe García pide precaución porque este virus está cambiando la sociedad y esto puede ser positivo, que nos convirtamos en una población más humana y solidaria; o negativo, que a causa del dolor y la vulnerabilidad, esté provocando que nos volvamos más individualistas. «Hay que tener cuidado porque de estas personas se pueden aprovechar los populismos más feroces y tenemos que estar preparados para luchar contra esto».

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