El Archivo Diocesano descubre la venta de las «joyas» de Santa Maria de Mar para reparar los daños del asedio de 1714
Los efectos vendidos con la autorización del arzobispado, estaban valorados en siete mil setecientas libras, que sirvieron para reparar los daños de la basílica y recuperar el llamado «derecho de campanas»

El Archivo Diocesano de Barcelona ha descubierto documentación que muestra un hecho desconocido hasta ahora: Santa María del Mar tuvo que vender buena parte de sus objetos de culto para reparar los serios daños al templo ocasionados por los bombardeos de 1714. Esta venta, autorizada por obispado, también sirvió para poder recuperar las campanas, que las tropas borbónicas «requisaron» el 11 de septiembre de ese año por el llamado «derecho de campanas». Con estas gestiones, sin embargo, no lograron todo el dinero necesario y se tuvo que recurrir a donaciones de prohombres de la época.
Documentos de 1714
Entre los documentos encontrados hay una petición hecha el 21 de octubre de 1714 por la junta de Santa María del Mar. En ella «los obrers de la parròquia Iglesia de Santa Maria del Mar de la present ciutat diuen y representan a vostre senyoria que a instància del General y demes oficials de la Artilleria se ha fet petició y demanda de 2942 lliures per la porció tocant a pagar a dita Iglesia per lo dret de campanes (el vencedor retiraba todas las campanas que habían llamado a somatent y, para recuperarlas, debían pagar un tributo elevado); y axi mateix que la dita Iglesia se troba molt dirruida per ocasió de las bombes que caigueren en ella durant lo siti, y amanassada de forma que a no prevenirse los convenients y necessaris reparos de dites ruinas, y de las que se amanassan, (..) reparos de dita Iglesia que segons la relació han feta los experts mestres de cases y fusters per dits reparos, son menester mes de 2000 lliures».
Efectos valorados en siete mil setecientas libras
La respuesta del obispado fue afirmativa, según recoge otro documento, y Santa Maria del Mar vendió por valor de 3.387 libras «una imatge de Santa Madrona, quatre palmatorias de fullatge….quatre vasijas, dos grans i dos xicas…una corona del Sº Ecce Homo espatllada, un palio de plata….y un parell de palmatòries molt grans, entre d’altres objectes de culte».
Para llegar a las 7.700 libras totales se recurrió a un depósito que diferentes nobles hicieron en su momento «per la custodia de plata que se esperava fer per Dª Iglesia.» Eran, entre otros, el marqués Don Carlos de Llupiá, D. Pau Dalmases i Ros (que fue embajador de la Cataluña austracista en Londres hasta 1714) o el comerciante Ignasi Fontanet i Martell (que acabó siendo el tesorero de las obras de la Ciudadela).