Dilluns dels Drets Humans: emergencia climática, caminos de transición eco-social
El primer ciclo de conferencias de 2021 habla sobre la emergencia climática y cómo realizar una transición energética socialmente justa

«La emergencia climática lo está cambiando todo, y nos da diez años para transformar nuestras sociedades y descarbonizarlas. La inaplazable transición energética puede incrementar las desigualdades y el autoritarismo o bien favorecer la justicia social y los derechos humanos» aseguran las entidades organizadoras del Dilluns dels Drets Humans. En la primera sesión del 2021 se ha reflexionado sobre la manera de realizar una transición energética socialmente justa en Cataluña.
La ambientóloga especializada en cambio climático y cooperación, Anna Pérez Català, ha introducido la conferencia hablando sobre las emisiones de efecto invernadero de cómo han bajado durante la crisis del coronavirus y qué hay que hacer para mantener esta bajada. «Los estudios han demostrado que las bajadas de emisiones de efecto invernadero siempre han venido producidas por crisis. Momentos como la crisis del petróleo o la financiera de 2008 son un ejemplo, el problema es que después de estas crisis se ha acabado contaminando más y haciendo subir más y más la gráfica».
Anna Pérez también ha comentado qué ha pasado durante la época de confinamiento. «Ha bajado drásticamente el consumo de combustibles fósiles y por tanto han bajado las emisiones de efecto invernadero. Estas emisiones han bajado alrededor de un 6% que es lo que tendríamos que hacer cada año para poder llegar a este punto que nos pide la ciencia». Para la ambientóloga el gran reto es poder bajar este 6% cada año sin tener que estar confinados tres meses a casa. Por eso propone hacer una transición eco-social para tener en cuenta las personas y la naturaleza.
Límites de la transición eco-social
Por otro lado, el doctor en microbiología ambiental y biotecnología, miembro fundador del Observatorio Crítico del Cambio, Salvador Lladó, ha hablado de los límites de esta transición eco-social. «Los orígenes del cambio climático vienen de un sistema capitalista preparado para crecer. Cuando tú necesitas crecer necesitas energía y materiales para hacerlo. Necesitas más petróleo, carbón, minerales que en algún momento se acaban o no son rentables». Lladó asegura que el origen de todo pasa en los años ochenta donde se nos convenció que la única oportunidad de generar un estado del bienestar es creciendo, pero «crecer económicamente en un mundo que físicamente es finito es imposible». Por lo tanto, explica el doctor en microbiología ambiental, «necesitas establecer algún tipo de sistema que no necesite crecer, pero que a su vez pueda dar este estado de bienestar en las personas que estamos en el planeta».
El segundo límite es la transición y es que Lladó se cuestiona si esta transición que se está vendiendo desde los gobiernos es posible, una transición que lo único que propone es cambiar las energías no renovables por las renovables sin cambiar nada más. El problema es que las energías renovables vienen de derivados del petróleo. «Por lo tanto, es difícil poder mantener la vida que tenemos hasta ahora solo a partir de estas energías renovables, esto no quiere decir que no se pueda hacer una transición hacia un mundo más sostenible donde tengamos las necesidades básicas cubiertas». Por otro lado el doctor Lladó también ha hablado del eco-fascismo, muy promovido por los partidos de extrema derecha mundiales donde lo que pretenden es «quedarse para ellos mismos lo poco que queda de un sistema colapsado y llegar a un mundo donde cuatro tienen mucho y el resto no tiene nada».
Qué provoca el calentamiento global
Anna Pérez ha citado muchas de las consecuencias que comporta el calentamiento global que no solo supondrá el aumento del calor en el territorio. «Las olas de calor debilitan el sistema de las personas, por lo tanto provoca que más personas vulnerables mueran. Tiene una consecuencia directa con la escasez de agua en el ámbito mundial. También, más calor implica más incendios forestales que tiene consecuencias terribles para el suelo que fomentará esta escasez de agua».
Además, la ambientóloga explica el grave problema que esto supondrá para el suministro de alimentos, puesto que «vivimos en un mundo globalizado donde todo viene de todas partes». El calentamiento global también provocará la subida del nivel del mar causando que a la larga «las ciudades marítimas como Barcelona tengan buena parte de su costa prácticamente deshabitada, un hecho que fomentará grandes migraciones». Finalmente vendrán enfermedades que ahora no existen aquí como es la malaria.