Sants Gervasi i Protasi (Mare de Déu de la Bonanova)

Datos
- Dirección
- Pl. Bonanova 12
- 08022 Barcelona
- Teléfono
- 93 417 58 58 - 93 417 38 70
- Fax
- 93 417 12 18
- Correo electrónico
- santsgervasi240@arqbcn.org
- Arciprestazgo
- http://www.arqbcn.org/mapa/index.php?view=barcelona-sant_gervasi-mare_de_du_de_la_bonanova&lang=es
Sants Gervasi i Protasi (Mare de Déu de la Bonanova)
La parroquia
Despacho parroquial
lunes, miércoles y jueves, de 18:00 a 20:00 (excepto vísperas).
AGOSTO: Martes y jueves de 11 a 13h.
AGOSTO: Martes y jueves de 11 a 13h.
Horario de misas
Domingos y fiestas de precepto
9:00 (castellano)
10:30 (catalán) Excepto julio y agosto
12:00 (castellano)
13:00 (Catalán)
20:30 (catalán) Vespertina
Sábados y festivos no de precepto
12:00 (catalán)
20:00 (catalán) vísperas de los Domingos y fiestas de precepto
laborables (de lunes a viernes)
8:00 (catalán) Excepto julio y agosto
12:00 (catalán)
20:00 (catalán) Vespertina, Excepto Agosto
9:00 (castellano)
10:30 (catalán) Excepto julio y agosto
12:00 (castellano)
13:00 (Catalán)
20:30 (catalán) Vespertina
Sábados y festivos no de precepto
12:00 (catalán)
20:00 (catalán) vísperas de los Domingos y fiestas de precepto
laborables (de lunes a viernes)
8:00 (catalán) Excepto julio y agosto
12:00 (catalán)
20:00 (catalán) Vespertina, Excepto Agosto
Historia
A mediados del siglo XIII, el noble Pedro de Montjuïc, que poseía un castillo o casa señorial en el que fue término de Sant Gervasi de Cassoles, fundó la parroquia dedicada a los santos mártires Gervasi y Protasio, en un lugar cercano a la actual iglesia, siendo su primer párroco Arnau, hermano de Pere de Montjuïc.
Sant Gervasi era un término grande, eminentemente rural, con cultivos, huertas, caminos de montaña que subían a Collserola, minas de agua y probablemente pastos, donde la mayoría de la población estaba diseminada: muchas masías y unas cuantas casas señoriales, que en siglo XIX se incrementaron con torres de recreo y veraneo, generalmente de quienes vivían en Barcelona.
Durante siglos, la iglesia fue una construcción pequeña en consonancia con la población del término que no debió pasar mucho de los 200 habitantes. En 1833, San Gervasio tenía unas 70 casas y unos 370 habitantes. No hay apenas noticia histórica de los siglos XV, XVI y XVII sobre la parroquia y el santuario. Consta, sin embargo, que en el siglo XVII ya se veneraba a la Virgen de la Bonanova, la cual fue desplazando la devoción a los santos mártires. Prueba de la devoción de Barcelona y de los pueblos del llano por la Virgen de la Bonanova eran los numerosos y variadísimos exvotos que figuraban en una sala del recinto parroquial; exvotos de menestrales, obreros y pescadores, entre otros.
En 1706, los franceses, durante la guerra de Sucesión, robaron las joyas de la Virgen, hicieron desaparecer su imagen e incendiaron la rectoría. La imagen, sin embargo, fue devuelta a los pocos días por la mujer de un soldado. Durante el asedio de Barcelona, los soldados de Felipe V volvieron a profanar la iglesia. En el siglo XVIII se construyeron nuevos altares y capillas; entre ellas la de la Virgen María en 1765.
El aumento de la población en el siglo XIX dio impulso, sobre todo a partir de la segunda mitad de este siglo, a una importante remodelación de la iglesia. En 1882, un rayo atravesó el templo, mientras si decía misa; este hecho, que no provocó ninguna víctima, movió más la devoción de los fieles y aumentaron las limosnas. En 1883, el papa León XIII declaró la Virgen de la Bonanova copatrona del pueblo de Sant Gervasi. Posteriormente, fue agregada a la basílica de Santa María la Mayor de Roma. El templo fue renovado a partir de 1889, con la reforma del campanario, en estado ruinoso, siendo la fachada uno de los últimos elementos en ser restaurados. En este año, la parroquia tenía párroco, dos vicarios, varios beneficiarios, diecinueve oratorios y 23 presbíteros, vinculados a la parroquia porque eran consiliarios de colegios o directores espirituales de algunos conventos de monjas. A finales del siglo XIX, había una escolanía, que hacía los cultos más solemnes y participados y una escuela de primera enseñanza.
En 1900, el obispo Morgades presidió la coronación canónica de la Virgen María y, con motivo de esta coronación, mosén Cinto Verdaguer compuso un himno a Nuestra Señora de la Bonanova. En tiempos del rector Santiago Estebanell (1906-1916), la parroquia desarrolló una importante acción social (Escuela nocturna obrera, Consultorio médico parroquial, Casal de Infantes) y cultural (celebración de varios Juegos florales, donde fueron premiados poetas de renombre, como Josep Carner). Al estallar el levantamiento militar y la inmediata revolución anticlerical de 1936, fue asesinado el párroco y la parroquia fue incendiada y, después, derribada. El actual templo-santuario, de estilo florentino, es el que, a partir de 1939, fue reconstruido por el nuevo párroco, mossèn Àngel Rovira, que lo fue durante treinta años.
Sant Gervasi era un término grande, eminentemente rural, con cultivos, huertas, caminos de montaña que subían a Collserola, minas de agua y probablemente pastos, donde la mayoría de la población estaba diseminada: muchas masías y unas cuantas casas señoriales, que en siglo XIX se incrementaron con torres de recreo y veraneo, generalmente de quienes vivían en Barcelona.
Durante siglos, la iglesia fue una construcción pequeña en consonancia con la población del término que no debió pasar mucho de los 200 habitantes. En 1833, San Gervasio tenía unas 70 casas y unos 370 habitantes. No hay apenas noticia histórica de los siglos XV, XVI y XVII sobre la parroquia y el santuario. Consta, sin embargo, que en el siglo XVII ya se veneraba a la Virgen de la Bonanova, la cual fue desplazando la devoción a los santos mártires. Prueba de la devoción de Barcelona y de los pueblos del llano por la Virgen de la Bonanova eran los numerosos y variadísimos exvotos que figuraban en una sala del recinto parroquial; exvotos de menestrales, obreros y pescadores, entre otros.
En 1706, los franceses, durante la guerra de Sucesión, robaron las joyas de la Virgen, hicieron desaparecer su imagen e incendiaron la rectoría. La imagen, sin embargo, fue devuelta a los pocos días por la mujer de un soldado. Durante el asedio de Barcelona, los soldados de Felipe V volvieron a profanar la iglesia. En el siglo XVIII se construyeron nuevos altares y capillas; entre ellas la de la Virgen María en 1765.
El aumento de la población en el siglo XIX dio impulso, sobre todo a partir de la segunda mitad de este siglo, a una importante remodelación de la iglesia. En 1882, un rayo atravesó el templo, mientras si decía misa; este hecho, que no provocó ninguna víctima, movió más la devoción de los fieles y aumentaron las limosnas. En 1883, el papa León XIII declaró la Virgen de la Bonanova copatrona del pueblo de Sant Gervasi. Posteriormente, fue agregada a la basílica de Santa María la Mayor de Roma. El templo fue renovado a partir de 1889, con la reforma del campanario, en estado ruinoso, siendo la fachada uno de los últimos elementos en ser restaurados. En este año, la parroquia tenía párroco, dos vicarios, varios beneficiarios, diecinueve oratorios y 23 presbíteros, vinculados a la parroquia porque eran consiliarios de colegios o directores espirituales de algunos conventos de monjas. A finales del siglo XIX, había una escolanía, que hacía los cultos más solemnes y participados y una escuela de primera enseñanza.
En 1900, el obispo Morgades presidió la coronación canónica de la Virgen María y, con motivo de esta coronación, mosén Cinto Verdaguer compuso un himno a Nuestra Señora de la Bonanova. En tiempos del rector Santiago Estebanell (1906-1916), la parroquia desarrolló una importante acción social (Escuela nocturna obrera, Consultorio médico parroquial, Casal de Infantes) y cultural (celebración de varios Juegos florales, donde fueron premiados poetas de renombre, como Josep Carner). Al estallar el levantamiento militar y la inmediata revolución anticlerical de 1936, fue asesinado el párroco y la parroquia fue incendiada y, después, derribada. El actual templo-santuario, de estilo florentino, es el que, a partir de 1939, fue reconstruido por el nuevo párroco, mossèn Àngel Rovira, que lo fue durante treinta años.