Stella Maris lleva la magia de la Navidad a los barcos del Port de Barcelona
El Apostolado del Mar de la diócesis lleva un pequeño obsequio a los tripulantes con motivo de las fiestas a pesar de no poder celebrar la tradicional misa de la Navidad
Fotografías: Stella Maris
Por Navidad muchos hacen vacaciones, pero en el Port de Barcelona, concretamente, la actividad no se detiene. Por eso, estos días, el Apostolado del Mar, encargado de atender y ayudar a los marineros y trabajadores de la zona portuaria está «especialmente atareado».
Unas fiestas ajetreadas
«Los tripulantes que pueden salir al suelo nos piden el servicio de bus para salir a la ciudad y hacer compras y quienes no pueden salir nos encargan cosas para que les llevemos a bordo». Así lo explica el responsable de Stella Maris, Ricardo Rodríguez. Tal y como explica, reciben peticiones de todo tipo, algunas imprevistas como el de un pedido de veinticinco hamburguesas, para un grupo de marineros que pretendían hacer una fiesta. También, una de las demandas recurrentes en estos días de Navidad es la de las tarjetas sim para comunicarse con la familia.
Obsequio en Navidad
Este año, debido a la situación actual de la pandemia, Rodríguez lamenta cómo, por segundo año consecutivo, no se ha podido celebrar con los marineros la tradicional misa de Navidad y la consiguiente fiesta en Stella Maris. Sin embargo, desde el Apostolado no se han dado por vencidos y han querido llevar a casa barco un pequeño obsequio «para llevar la magia de Navidad entre tanto trasiego de trabajo».
Con este propósito, los días 23 y 24, Stella Maris llevó a los tripulantes de los barcos que atracan en Barcelona, un pequeño pesebre y adicionalmente, unos lotes de turrones, gracias a unos fondos recibidos de la International Transport Federation (ITF).
Sentirse queridos lejos de casa
«Las tripulaciones lo han acogido con mucha alegría», expone alegre Mn. Ricardo Rodríguez. Según asegura, el propósito «es que se sientan queridos, que se ha pensado en ellos…».
El responsable de Stella Maris destaca como más que nunca en estas fechas, los marineros también merecen vivir el calor de estas fiestas. «Navidad es una fecha muy significativa, donde la ausencia de la familia se nota especialmente. Desde el Port se ve una ciudad que se prepara para celebrar la Navidad y, aun y estar muy cerca, de hecho, a bordo del barco, están lejos. En estas circunstancias, recibir la visita de unas personas que les felicitan la Navidad y les traen unos pequeños obsequios (pesebres y turrones), es para ellos muy gratificante», añade.