Omella invita a celebrar la Pascua siendo «portadores de esperanza en medio de un mundo decepcionado»
El arzobispo de Barcelona hace un llamamiento a sentir la presencia del Señor a través de la oración y la entrega en Él
Fotografías: Catedral de Barcelona
La archidiócesis de Barcelona ha celebrado la llegada de la Pascua, este año, con un llamamiento a la alegría y la esperanza para todos los fieles. Con esta hoja de ruta condujo la homilía el arzobispo de Barcelona, Card. Joan Josep Omella, durante la celebración que tuvo lugar en la Catedral de Barcelona, en la que insistió en ser «portadores de esperanza y alegría en nuestro mundo tan decepcionado».
Antes de empezar la liturgia de la Palabra, el arzobispo Omella esparció los fieles con el agua bendita durante la celebración de la Vigilia Pascual en la noche del Sábado Santo, y con la que se recuerda el Bautismo.
Buscadores de alegría y esperanza
«Hay que tener siempre una lectura crítica frente a las noticias que hoy en día nos llegan». Así lo advirtió el Cardenal ante la situación a menudo desesperanzadora, cuando vemos tantos titulares en los noticiarios y en los medios de comunicación que muestran un panorama tan negativo. «Aunque muchas cosas desaparecen, otras muchas nacen y debemos estar atentos a verlas y ser testimonios».
En este día de Pascua, en el que la Iglesia se une para celebrar que Jesús ha resucitado y está vivo entre nosotros, Omella invitó a llenar el corazón de optimismo y ver, más allá de las desgracias, que «bonito es ver el corazón de aquellos que buscan alegría y esperanza». Por eso, nombró varios signos de esperanza que pasan desapercibidos. Entre ellos la solidaridad en la diócesis hacia los refugiados ucranianos. «¿No es esto un motivo de esperanza? – preguntaba el arzobispo- No deje que se hunda la esperanza del corazón ante tantos signos de esperanza».
Ser testigos de fe
El Cardenal Insistió en que lo importante es sentir que Jesús nos toca el corazón. «Estamos llamados, en esta Pascua del 2022, a sentir esa presencia del Señor a través de la oración y entrega en él». El cardenal Joan Josep Omella invitó a mostrar que Jesús está vivo «no sólo con las palabras sino con acciones de alegría y esperanza. A pesar de las dificultades del mundo, no perdamos esa esperanza Porque Él venció la muerte. Por eso es de Él la victoria definitiva».
Al final de la celebración, el arzobispo de Barcelona impartió la bendición Papal a los asistentes.